Las respuestas que ha entregado el ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami sobre el avión privado que empleó para su campaña presidencial en 2013 quedarían en entredicho luego de revelarse los detalles del contrato que empleó como argumento para justificar el uso de la aeronave.

El avión se encuentra vinculado a la constructora brasileña OAS, investigada en ese país por casos de corrupción, y cuyo uso no estaba explícitamente justificado en los ingresos y gastos de la campaña ante el Servel.

Sobre esto, el líder del PRO y su entorno ha asegurado que el avión se contemplaba en el contrato que firmó el candidato con Cono Sur Research SpA, cuyo representante legal es el ex jefe de campaña de Enríquez-Ominami, Cristian Warner.

Cono Sur intermedió en la contratación por $170 millones de José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, connotado publicista brasileño conocido como Duda Mendoça y quien diseñó el marketing de la campaña de 2013 para el candidato del PRO.

Sin embargo, el mismo contrato signado con Cono Sur descartaría la posibilidad de que el uso del avión estuviera estipulado por esta vía.

Una de las cláusulas del documento, revelado por Ciper, expresa que “el presente contrato excluye cualquier otra iniciativa que aquí no se contemple ni declare“, y en ninguna parte se define que entre estos servicios se encuentra el transporte aéreo de Marco Enríquez-Ominami por todo Chile a través de un avión privado.

De hecho, solo se indica en materia de relaciones públicas que el contrato apunta a “coordinación y gestión comunicacional entre asesores extranjeros y comando presidencial en Chile”, además de “gestión de estadías, viajes, etc”, pero sin especificar que se emplearía la citada aeronave.

La duda está en el costo de la prestación del servicio del jet privado, ya que las estimaciones bordearían los 500.000 dólares por todo el tiempo de campaña, costo notoriamente inferior a los 170 millones de pesos estipulados en el contrato.