El frío, lluvia y cambios de temperatura ya se hacen presentes durante estos días de otoño, dando paso a los resfriados que afectan a las personas con secreción nasal, garganta irritada, estornudos y fiebre.

De acuerdo a Ingrid Toro, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad San Sebastián, el resfriado es “una enfermedad que genera una infección en la garganta y nariz. Puede ser causada por más de 200 tipos de virus. Entre ellos se encuentra el rinovirus (el cual tiene más de 100 tipos diferentes) y los coronavirus. Dependiendo del virus causante, se puede presentar tos seca, dolor muscular, dolor de cabeza y disminución del apetito”.

Su forma más habitual de contagio son las aglomeraciones, principalmente en ambientes cerrados, ya que la proximidad entre las personas facilita la transmisión del virus.

“Las gotas de saliva o de secreciones respiratorias que eliminamos cuando hablamos, tosemos o respiramos, cargan el virus, y para contagiar a otra persona la proximidad debe ser menor de 90 centímetros. Hay otros virus que se transmiten por las manos, por ejemplo, cuando estornudamos y nos ponemos la mano en la boca o nariz y luego tocamos a otra persona”, explica la especialista.

Un punto importante es que muchas veces se confunde el resfriado con una gripe o rinitis alérgica, por eso es importante que las personas reconozcan los síntomas de cada una de estas enfermedades.

Según la docente de la Universidad San Sebastián, “lo más simple para distinguir un resfriado de una gripe es que si la persona fue a trabajar con la nariz congestionada, malestar o irritación en la garganta, no está con gripe, está resfriada. La gripe deja la persona en cama y puede generar complicaciones como la otitis, amigdalitis y neumonías”.

A diferencia de la gripe, el resfriado tiene un inicio progresivo, generalmente los síntomas ocurren de dos a tres días después del contacto con el virus, pero puede llegar a durar hasta una semana.

Asimismo, el resfriado se puede confundir con una rinitis alérgica, la cual es causada por los alérgenos presentes en los árboles y por la polución ambiental. Sus síntomas se manifiestan especialmente en la nariz, con obstrucción, secreción y congestión.

En el resfriado los síntomas son parecidos a los de la rinitis alérgica, pero además pueden presentar una faringitis leve, o sea, un leve dolor en la garganta, fiebre baja (37°C) y malestar”, comenta la experta.

El tratamiento a seguir ante un resfriado es sintomático, es decir, como no se puede curar con un remedio específico se deben aliviar los síntomas. Analgésicos y antitérmicos como el paracetamol son útiles para controlar la fiebre y aminorar otros malestares.

Un aspecto importante es prevenir un resfriado, para ello, Ingrid Toro entrega los siguientes consejos:

Lavarse las manos. Puede parecer simple, pero lavarse las manos es una de las formas más eficientes de prevenir su contagio. Lave las manos antes de comer, después de saludar a alguien. Si no es posible, usar un desinfectante a base de alcohol para librarse de los gérmenes.

– Comer saludable y tener una correcta hidratación.

– Dormir por lo menos siete horas.

Realizar ejercicios o deporte.

Ventilar los espacios, principalmente si son lugares compartidos por muchas personas y por largos periodos de tiempo, como es el caso de las oficinas.

Reducir el consumo de tabaco y alcohol. El tabaco debilita el sistema inmunológico, tornándolo más susceptible a los resfríos y la gripe. La exposición al humo del tabaco irrita las mucosas de las vías respiratorias y dejan más expuestas a la penetración de virus y bacterias. El alcohol es deshidratante, por eso cuanto más se bebe más probabilidades hay de estar deshidratado y propenso a contraer la gripe o el resfriado.

Usar ropas adecuadas para evitar el frío, pero cuidar con el exceso que provoque mucho calor.

Al salir a un espacio frío tápese la nariz y boca, ya que el aire frío hace que disminuyan las defensas locales de la vía aérea alta.