En el año 1962, en una pequeña escuela de niñas en la villa de Kashasha en Tanganica –lo que hoy en día es Tanzania, África- tres alumnas comenzaron a reírse incontrolablemente, se especula que producto de un chiste. Hasta acá la historia no tiene nada de extraordinario: ¿quién no ha estallado en risas en medio de una clase sin poder detenerse? sin embargo, aquel día de enero el ataque de carcajadas se propagó por todo el colegio.

Cuenta la leyenda que cuando los padres fueron a buscar a sus hijas a la escuela también comenzaron a reír y, como algunos vivían en villas vecinas, el efecto se fue propagando hacia otros lados. La epidemia habría durado entre 6 meses a un año y medio. Y, tal como hoy en día hay colegios que suspenden sus clases cuando las lluvias inundan las calles, la pequeña escuela de Tanganica tuvo que paralizar sus actividades por un tiempo, debido al jolgorio generalizado.

¿Has escuchado que la risa quema calorías? Así lo han confirmado algunos estudios, como el llevado a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee, Estados Unidos) que reveló que reír por 10 a 15 minutos quema entre 10 y 40 calorías, entre otras cosas porque el corazón bombea más rápido y se hacen trabajar los músculos del abdomen. Es decir, esa villa en África podría haberse transformado en el poblado con mejor estado físico a punta de carcajadas.

Pero ¿es posible que una aldea entera haya estado riendo por todo un año? Christian F. Hempelmann, doctor en lingüística de la Universidad de Purdue (Indiana, Estados Unidos) ha investigado el hecho ocurrido en Tanganica y aclaró, en una entrevista con el medio estadounidense Chicago Tribune, que aquellas personas no rieron continuamente por 365 días. “Nadie puede reír por más de 20 segundos seguidos, porque provoca una tensión en la respiración. ¿Has notado que cuando te ríes un largo rato comienza a doler? (…) Entonces es imposible que toda una población se ría un año, porque es imposible para una persona hacerlo por más de un minuto”, aseguró.

Sin embargo, el académico corrobora que efectivamente en Tanganica hubo un brote de carcajadas que duró posiblemente hasta 1963, pero no fue constante durante los 525.600 minutos que tiene un año, sino que a ratos y con recaídas. Otros hechos confirmados son que se propagó a otros poblados y escuelas, que el colegio tuvo que cerrar sus puertas temporalmente y que se estima que los afectados fueron mil.

Tanganyika | brokiesway.co.za

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Robert R. Provine, profesor de psicología de la Universidad de Maryland (Baltimore, Estados Unidos), realizó una investigación sobre la risa, que plasmó en el paper titulado “Laughter” y que fue publicado en la revista American Scientist en 1996, ahí cita el caso ocurrido en África con el objetivo de ejemplificar el poder contagioso que tiene la risa. Para llevar a cabo el estudio, analizó 1200 instancias en que la risa se produjo naturalmente (recogidas en lugares públicos).

Algunas de las conclusiones a las que llegó es que la risa es claramente un fenómeno social: “En ausencia de medios estimulantes (televisión, radio o libros) las personas son 30 veces más proclives a reír cuando están en una situación social, a que cuando se encuentran solos ”.

Otra deducción interesante, que se describe en el paper, es que al contrario de las expectativas de quienes participaron en la investigación, la risa que se produce en conversaciones no es una respuesta a intentos estructurados de humor, como es el caso de chistes o historias: “Menos del 20% de la risa en nuestra muestra fue una respuesta a cosas que parecían esfuerzos formales humorísticos. Muchas carcajadas parecían seguir a observaciones banales, tales como (…): ‘No necesitas beber, sólo cómpranos refrescos a nosotros’ y ‘Ella tiene un problema sexual: no le gusta el sexo’ ”. El académico asegura que aquellas dos frases fueron las que se llevaron la mayor cantidad de risotadas.

Cuando reír no tiene gracia

En marzo de este año se dio a conocer el ranking de los países más felices, realizado por la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de la ONU (SDSN) en conjunto con la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Al parecer, el secreto de la anhelada felicidad la tienen los daneses, que se llevaron el número 1 de los más felices del mundo.

El informe toma en cuenta aspectos como el PIB per cápita, la expectativa de vida, el apoyo social y percepción de corrupción, entre otros (noticia relacionada).

Pero el episodio ocurrido en Tanganica no tiene nada que ver con la felicidad, al contrario, las carcajadas fueron originadas por un motivo bastante menos alegre: ansiedad y estrés. Este fenómeno que afecta a un grupo de personas se conoce como histeria masiva o trastorno sicogénico masivo . Así lo explica Hempelmann en entrevista con el Chicago Tribune: “No había alegría. La risa fue una más de varias señales. Estos individuos mostraron síntomas relacionados a la ansiedad desde dolor a desvanecimientos, problemas respiratorios y picazón en la piel. Hubo ataques de llanto junto con los de risa”, afirmó.

El investigador explicó que el estrés que experimentaba la población fue originado porque el país recién había ganado su independencia y, por otro lado, los jóvenes afectados declararon sentir presión producto de las altas expectativas y exigencias de sus padres y profesores.

En el sitio Science How Stuff Works se explica que estos trastornos masivos no son muy comunes y que por lo general se caracterizan por la propagación de varios síntomas sin una causa comprensible. Son más frecuentes en comunidades aisladas, y adolescentes y niñas son las víctimas más habituales.