El Estado Islámico ha perpetrado el secuestro de más de 300 trabajadores de una empresa de cementos en Damasco, capital de Siria.

El EI había atacado el lunes pasado a esta fábrica de cementos, que está emplazada a las afueras de Damasco.

“No hemos podido contactar con nuestros familiares desde el mediodía del lunes después de que el EI atacara la fábrica”, dijo un residente de Dmeir.

La localidad está dividida entre las zonas que controla el EI al este y las posiciones rebeldes en el oeste, pero el aeropuerto militar y las plantas de electricidad siguen en manos del gobierno.

“Los enfrentamientos más violentos están ocurriendo cerca del aeropuerto y de las plantas eléctricas, pero el EI no ha conseguido entrar todavía”, dijo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Aunque en primera instancia sólo se había informado que los trabajadores estaban desaparecidos, autoridades sirias confirmaron que los obreros fueron secuestrados por el Estado Islámico.