Recursos provenientes del esquema de corrupción en la estatal brasileña Petrobras financiaron la campaña a la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en 2014, según la declaración a la justicia de un alto jefe empresarial, informó la prensa este jueves.

El diario Folha de Sao Paulo aseguró que la información está contenida en el testimonio de Otavio Marques Azevedo, ex director ejecutivo (CEO) de la firma Andrade Gutierrez, la segunda mayor constructora del país, quien fue detenido en junio pasado.

Azevedo habría confesado, en el marco de la investigación sobre la red de corrupción en Petrobras, que millones de dólares donados legalmente a la campaña de Rousseff provenían originalmente de sobornos pagados por Andrade Gutierrez para la obtención de grandes contratos.

Folha dice que no está claro si el dinero fue entregado a la cuenta del comité de Rousseff para la reelección o al Partido de los Trabajadores.

La publicación de Folha podría desatar un nuevo frente explosivo en la crisis que acorrala a Rousseff y al gobierno brasileño.

La mandataria ya enfrenta el riesgo de un juicio de destitución, por presunto maquillaje de las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.

Si el impeachment se aprueba, sería sustituida por su vicepresidente Michel Temer, contra quien la corte suprema pidió también un proceso de impeachment.

Temer pertenece al partido centrista PMDB, que la semana pasada rompió su alianza con el PT.

Pero también está en curso un proceso ante la justicia electoral, que investiga si la campaña de Rousseff recibió dinero sucio de Petrobras. Si es hallada culpable en este caso, su reelección sería anulada y tanto ella como Temer tendrían que abandonar el poder, antes de que nuevas elecciones sean convocadas.

Investigadores dicen que durante años, desde el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva también del PT, opera un grupo de poderosas empresas concertadas con políticos para pagar sobornos a cambio de contratos inflados.

Los sobornos fueron destinados a ejecutivos de Petrobras y otras empresas estatales, influyentes políticos e incluso supuestamente a campañas políticas, tanto la de Rousseff como la del candidato opositor Aecio Neves, derrotado en 2014 por estrecho margen.

Según el reporte de Folha, el dinero que llegó a la campaña de Rousseff procedía de contratos que Andrade Gutierrez había firmado con una instalación petrolera en Rio, con una planta nuclear y con la enorme hidroeléctrica de Belo Monte.

El abogado de la campaña de Rousseff, Flavio Caetano, negó esas acusaciones y dijo a Folha que “toda la recaudación de la campaña de 2014 de la presidenta fue hecha de acuerdo a la legislación electoral en vigor” .

“Además, la empresa hizo donaciones legales y voluntarias a la campaña, en valores inferiores a lo donado a su adversario”, añadió Caetano.

“Es lamentable que el instrumento de la delación premiada sea nuevamente utilizado políticamente a través de filtraciones selectivas”, criticó.