Desde 2013, cuando se loteó el terreno donde está emplazada la Textil Bellavista Oveja Tomé, que los vecinos vienen poniendo la voz de alerta.

En la oportunidad, crearon el Consejo para el Patrimonio de Tomé, iniciando el proceso denominado “de levantamiento de expediente”, que permitió postular a la fábrica como Monumento Histórico Nacional, en mayo de 2014.

Desde esa fecha no tienen respuesta, y ahora, en enero pasado, el Banco de Chile solicitó al municipio el cambio de uso de suelo, se dice, para emplazar en el lugar 1.500 departamentos, conservando sólo la fachada.

Para el vocero y coordinador de la Mesa Ciudadana por el Patrimonio de Tomé, Claudio Ramírez, eso no es suficiente, porque no se trata únicamente de las paredes, sino de sus espacios, pasillos, salas de máquinas y bombas, y escenarios que un día hicieron que Tomé brillara a nivel nacional e internacional.

“No estamos defendiendo estrictamente el edificio, que de por sí tiene un valor patrimonial arquitectónico, (sino) estamos defendiendo nuestra identidad, lo que somos”, expresó Ramírez.

Por eso, apuntan a instalar en el lugar otras actividades, que pueden ser comerciales, o que pueden servir para instalaciones gubernamentales, o para el florecimiento del arte, la cultura y el turismo.

El vocero explicó que la municipalidad se comprometió a esperar un pronunciamiento del Consejo de Monumentos Nacionales, antes de responder a la solicitud de los dueños del terreno, por lo que para los vecinos es muy importante la respuesta de la institución del patrimonio, la que esperan para antes de agosto.

Respecto a la respuesta que esperan, el sí de Monumentos Nacionales abre un variado abanico de opciones; por el contrario, un no los “hace cómplices” de la pérdida de identidad de la comuna, sentenció Ramírez.