Ovacionan a la Filarmónica de Santiago bajo la dirección de José Luis Domínguez

Archivo | Víctor Salazar | Agencia Uno
Archivo | Víctor Salazar | Agencia Uno
visitas

La Orquesta Filarmónica de Santiago destacó en su Concierto 4, llamado “Hitos del repertorio sinfónico” en el Teatro Municipal de Santiago, obras de Richard Strauss, Edward Elgar y Antonin Dvorak, bajo la conducción del maestro chileno José Luis Domínguez, como director invitado, luego de retirarse de la agrupación, tras cerca de quince años como director residente. Otra figura atractiva de esta velada, fue la cellista canadiense americana, Karen Ouzounian.

El concierto partió con el hermoso poema sinfónico “Don Juan” de Richard Strauss, obra de brillo inusitado, en que la figura del eterno seductor fue la fuente de inspiración del compositor alemán. A partir de la narración del poema homónimo del escritor austríaco Nicolau Lenau, Strauss trasmite musicalmente escenas de amor, carnaval y, por supuesto, el duelo final que da muerte al protagonista. Domínguez y la Filarmónica vivieron con intensidad esta composición, en que las cuerdas tuvieron un papel preponderante, asociadas en una feliz amalgama, con vientos y percusión.

A continuación, el programa nos ofreció el hermoso y delicado Concierto para cello y orquesta en Mi menor, opus 85, del famoso compositor inglés Edward Elgar (“Variaciones Enigma”, “Pompa y Circunstancias”), con sus movimientos Adagio Moderato, Lento Allegro Molto, Adagio y Allegro Moderato Allegro ma non troppo, que contó con la participación solista de la joven artista canadiense Karen Ouzounian, inspirada cellista, especialmente en el enfoque del tema “leitmotif” de la obra, que se repite constantemente y que fue muy bien expuesto por Karen, consiguiendo gran aprobación del público.

El concierto cerró con la maciza y muy popular y conocida Novena Sinfonía en Mi menor, opus 95, del Nuevo Mundo, de Antonin Dvorak, la figura más reconocida del nacionalismo musical checo. Durante un período de tres años, en Nueva York, Dvorak compuso su famosa obra, en la que el reconoce motivos indígenas y afroamericanos, que le dan ese tono tan especial y vibrante a la obra, que es fuente de lucimiento en cualquier escenario del mundo.

En esta oportunidad, Domínguez y sus músicos ofrecieron una estupenda versión de la Novena de Dvorak, con una perfecta asociación de solistas y las cuatro familias instrumentales, que dieron un resultado espléndido, motivando cerca de media docena de salidas a escena del conductor nacional, para recibir los aplausos de los asistentes.

    visitas

La Orquesta Filarmónica de Santiago destacó en su Concierto 4, llamado “Hitos del repertorio sinfónico” en el Teatro Municipal de Santiago, obras de Richard Strauss, Edward Elgar y Antonin Dvorak, bajo la conducción del maestro chileno José Luis Domínguez, como director invitado, luego de retirarse de la agrupación, tras cerca de quince años como director residente. Otra figura atractiva de esta velada, fue la cellista canadiense americana, Karen Ouzounian.

El concierto partió con el hermoso poema sinfónico “Don Juan” de Richard Strauss, obra de brillo inusitado, en que la figura del eterno seductor fue la fuente de inspiración del compositor alemán. A partir de la narración del poema homónimo del escritor austríaco Nicolau Lenau, Strauss trasmite musicalmente escenas de amor, carnaval y, por supuesto, el duelo final que da muerte al protagonista. Domínguez y la Filarmónica vivieron con intensidad esta composición, en que las cuerdas tuvieron un papel preponderante, asociadas en una feliz amalgama, con vientos y percusión.

A continuación, el programa nos ofreció el hermoso y delicado Concierto para cello y orquesta en Mi menor, opus 85, del famoso compositor inglés Edward Elgar (“Variaciones Enigma”, “Pompa y Circunstancias”), con sus movimientos Adagio Moderato, Lento Allegro Molto, Adagio y Allegro Moderato Allegro ma non troppo, que contó con la participación solista de la joven artista canadiense Karen Ouzounian, inspirada cellista, especialmente en el enfoque del tema “leitmotif” de la obra, que se repite constantemente y que fue muy bien expuesto por Karen, consiguiendo gran aprobación del público.

El concierto cerró con la maciza y muy popular y conocida Novena Sinfonía en Mi menor, opus 95, del Nuevo Mundo, de Antonin Dvorak, la figura más reconocida del nacionalismo musical checo. Durante un período de tres años, en Nueva York, Dvorak compuso su famosa obra, en la que el reconoce motivos indígenas y afroamericanos, que le dan ese tono tan especial y vibrante a la obra, que es fuente de lucimiento en cualquier escenario del mundo.

En esta oportunidad, Domínguez y sus músicos ofrecieron una estupenda versión de la Novena de Dvorak, con una perfecta asociación de solistas y las cuatro familias instrumentales, que dieron un resultado espléndido, motivando cerca de media docena de salidas a escena del conductor nacional, para recibir los aplausos de los asistentes.