El ex senador Carlos Ominami no cree que el Ministerio Público haya sido usado como un instrumento político en la formalización en su contra, pero sí criticó las arbitrariedades en que puede caer el Servicio de Impuestos Internos, entidad que se querelló en su contra por delitos que ya habrían prescrito.

“No es una decisión mía ni una opción que yo haya tomado para eludir a la justicia”, explicó Ominami, sobre la decisión de su defensa de apelar a la prescripción de los delitos tributarios que se le imputaron.

“Continuar (con la causa en su contra) hubiera sido una burla y una falta al funcionamiento del Estado de derecho”, planteó.

Según resolvió el tribunal de primera instancia, la querella que presentó el Servicio de Impuestos Internos contra Ominami, se realizó cuando el delito ya estaba prescrito.

La situación generó un amplio revuelo mediático, pese a lo cual, el exparlamentario fue cauteloso en condenar al SII. “La querella inicialmente tenía que ver con otras acusaciones con un plazo de prescripción distinto. No me parece correcto decir que se hizo una acusación a sabiendas de que estaba prescrita. Eso no es así”, sostuvo.

Sin embargo, planteó que se debería “ver la manera de que esa potestad de Impuestos Internos se realice de la manera menos arbitraria posible”.

“Lo que hoy día funciona en el país no es la presunción de inocencia, sino la presunción de culpabilidad. Las personas no pueden estar constantemente demostrando su inocencia, lo que hay que demostrar es la culpabilidad”, sentenció.

¿Cómo financió su campaña?

“De acuerdo a las maneras establecidas por la ley y que se deben modificar”. Ominami critica que la ley de financiamiento de campañas políticas era un sistema en que el principal aportante era el mundo privado.

“Un gran error de la concertación fue haber aceptado que se mantuviese a las empresas como fuente principal del financiamiento de las campañas”, explicó.

Es evidente cuando hay un servicio fiscalizador como el SII que tiene una potestad que se puede usar de manera un tanto discrecional, siempre existe el riesgo de que esa potestad sea ejercida de manera arbitraria.

“Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para defender mi honra. Este episodio ha sido para mi una verdadera pesadilla”
, finalizó.

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