El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, retornó el jueves a la base policial limeña donde cumple una condena de 25 años, tras recibir el alta médica de la clínica local donde permaneció 24 horas para una sorpresiva evaluación debido a problemas neurológicos.

“El paciente está estabilizado. El malestar que tuvo se debió a un problema en el oído interno”
, dijo a periodistas el director de la clínica La Luz, Ronald Rodríguez, sobre los mareos y vértigos que motivaron el traslado al centro de salud donde se le realizó una tomografía.

Fujimori, de 77 años, dejó la clínica caminando por sus propios medios, acompañado por personal médico y una discreta custodia policial, según se apreció en imágenes de una televisora local providencialmente presente en el momento de su salida.

En las imágenes de televisión, Fujimori levanta la mano derecha al bajar una escalera en señal de saludo a gente anónima que lo reconoció.

l exmandatario lucía al salir un collarín en el cuello, un accesorio médico que no tenía cuando ingresó el lunes en silla de ruedas a la clínica donde se le apreciaba decaído.

El jefe del sistema penitenciario peruano, Julio Magán, justificó el lunes el traslado a la clínica por “un problema neurológico, problemas de mareos, razón por la cual el médico encargado de su evaluación recomendó trasladarlo a un centro de salud para practicarle una resonancia magnética”.

La reaparición pública de Alberto Fujimori se produce en momentos que su hija Keiko Fujimori es la favorita para las elecciones presidenciales de Perú del 10 de abril, con una intención de voto del 32%.

El padre de la candidata presidencial cumple desde 2007, en una base policial de Lima, una condena por los delitos de corrupción y de lesa humanidad cometidos durante su gestión (1990-2000), en el marco de la guerra contra los grupos armados Sendero Luminoso (maoísta) y el MRTA (guevarista).

Los traslados de Fujimori a una clínica se han vuelto recurrentes en los últimos tres años debido a su hipertensión arterial y a una lesión cancerígena en la lengua por la que ha sido operado en cinco ocasiones y que requiere evaluación periódica.

Debido a la salud de su padre, los cuatro hijos de Fujimori solicitaron en 2013 un indulto al presidente Ollanta Humala, quien rechazó el pedido alegando que según un informe médico Fujimori no reunía las condiciones de gravedad para recibir ese beneficio.