El pasado domingo 20 de marzo se dio inicio a la temporada 2016 de la Fórmula Uno, con la disputa del GP de Australia. Una competencia que tuvo –como viene siendo costumbre- el dominio del equipo Mercedes, gracias al triunfo de Rosberg y el segundo lugar de Hamilton.

Pero lo más llamativo de la prueba vino en la vuelta 17, cuando el español Fernando Alonso protagonizó un espectacular accidente a bordo de su McLaren. Una secuencia que impactó por su violencia –tal como quedó demostrado al ver el auto seriamente dañado-, pero también por las escasas consecuencias físicas para el piloto.

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Alonso incluso optó por tomarse con un poco de humor lo ocurrido, al señalar que había “gastado una de las vidas que me quedaban”. Pero su frase llevaba implícito el reconocimiento de una situación que muchas veces queda en segundo plano: el riesgo que asumen los pilotos de la categoría al pilotar a gran velocidad, más allá de las medidas de seguridad de la categoría. El hispano pudo sufrir grandes daños e incluso poner en riesgo su vida, como ha ocurrido en varias ocasiones en la historia de la competición.

Lo anterior queda reflejado al revisar las cifras: 27 pilotos han muerto por accidentes en los 66 años de existencia de la categoría. Pero hubo muchos más que protagonizaron fuertes impactos que parecían que podían terminar de la peor manera, aunque luego pudieron seguir adelante con sus vidas e incluso –en su mayoría- volver a competir, tal como los cinco ejemplos que te mostramos a continuación (ADVERTENCIA: las imágenes pueden herir las sensibilidad de algunas personas).

Rubens Barrichello (Jordan) GP de San Marino 1994

Conocido como el fin de semana ‘maldito’, lo ocurrido entre el 29 de abril y el 1 de mayo de 1994 quedó marcado negativamente en la categoría. Es que las muertes de Roland Ratzenberger y Ayrton Senna en el circuito de Imola generaron dolor al interior de la organización.

Pero ya en la jornada de entrenamientos había existido preocupación, debido al violento accidente de Rubens Barrichello a bordo del Jordan. El brasileño perdió el control de su monoplaza en la ‘Variante Bassa’ cuando circulaba a 225 kilómetros por hora, impactando contra la barrera de protección. Afortunadamente sufrió la fractura de su nariz y de un brazo, algo menor al ver las imágenes.

Martin Donelly (Lotus) GP de España 1990

Se temió lo peor. El Lotus de Martin Donelly sufrió problemas en la suspensión justo cuando ingresaba a una curva del alta velocidad…que para el irlandés fue una recta sin control a 260 km/h, tras la cual terminó expulsado del auto e inconsciente, en medio de la pista y atado al asiento.

El escenario era terrible y parecía que se sumaba a la lista de muertes de la F1. Y las noticias fueron malas, pero menos de lo que pudo ser: fracturas múltiples en la pierna derecha (que terminaron forzando su triste salida de la categoría), pero la posibilidad de seguir con vida.

Gerhard Berger (Ferrari) GP de Imola 1989

Otra vez Imola. Y en la histórica curva Tamburello, de alta velocidad y que cuenta con historial de accidentes, incluida la muerte de Ayrton Senna. Pero en 1989 fue Gerhard Berger quien pasó susto en esa zona, luego de impactar su Ferrari contra el muro y que se incendiara segundos después.

Las imágenes desataron la angustia en los presentes, pero de manera afortunada el austriaco sufrió heridas leves y siguió compitiendo varias años.

Niki Lauda (Ferrari) GP de Alemania 1976

Se trata de uno de los accidentes emblemáticos (si se puede decir así) de la categoría, incluso llevado al cine. En el circuito de Nürburgring, Lauda perdió el control a la salida de una curva, chocó contra un muro y sufrió el incendio de su auto, además de recibir un impacto de otro competidor. Una secuencia terrible, tras la cual quedó en riesgo vital debido a las quemaduras múltiples, fracturas e incluso inhalación de humo tóxico.

Parecía que el austriaco, que dominaba el campeonato de pilotos de ese año, no volvería a competir o a lo menos estaría fuera un largo tiempo. Pero el espíritu competitivo lo llevó a adelantar su retorno apenas seis semanas después del accidente, tiempo escaso para alguien que estuvo cerca de la muerte. Las cicatrices en su rostro y cabeza quedaron para siempre, al igual que el arrojo del piloto, quien pudo sumar dos campeonatos más en su trayectoria.

Robert Kubica (BMW-Sauber) GP de Canadá 2007

Giro 27 de la prueba canadiense y el público presente en el circuito ‘Gilles Villeneuve’ no pudo ocultar su preocupación. El BMW-Sauber pilotado por el polaco Robert Kubica tocaba el auto del italiano Jarno Trulli y se fue contra uno de los muros a más de 230 kilómetros por hora, para luego cruzar el ancho de la pista dando giros y terminar impactando con la otra pared.

Las imágenes hicieron temer lo peor, especialmente al ver el auto en muy mal estado. Pero lo que casi no se destruyó fue el habitáculo del piloto, por lo que el talentoso Kubica ‘sólo’ terminó con una esguince de tobillo.