Jaime Guzmán destacó durante la dictadura militar como uno de los ideólogos de la Constitución de 1980 junto con ser el fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Gracias a ésto y a su estrecha relación con el dictador Augusto Pinochet se ganó el odio de muchos.

En 1989 fue elegido como senador de la UDI por Santiago Poniente con un poco más de 17 por ciento de los votos, pero llegó hasta la cámara gracias al Sistema Binominal. Dos años más tarde, y por primera vez, Guzmán marca otro triste capítulo de nuestra historia: fue el primer y único senador asesinado en nuestro país durante la democracia post dictadura.

El primero de abril de este año se cumplen 25 años de la muerta de Guzmán, es en este contexto que su hermana Rosario envío una carta abierta al senador al diario La Tercera en donde le pide perdón públicamente por optar “por el silencio en el ánimo de colaborar con la reconciliación de mi país“.

Muchos te echamos de menos en el silencio de nuestros corazones. Los que te han satanizado volverían a matarte una y mil veces, hoy bajo el cargo de “cómplice pasivo”. Y no faltan los que prefieren no nombrarte, porque te convertiste para ellos en una piedra en el zapato”, asegura.

En su escrito, la periodista Rosario Guzmán señala que “lo que mata finalmente no es el fusil, ni la metralleta, ni las bombas: es el odio. Sin odio no hay asesinatos. Desactivado el odio no se empuña el arma [...] Si supieras lo que el odio hace cada cierto tiempo en la tumba en que pusieron tu cuerpo, me habrías hecho caso, estipulando que incineraran tu cadáver, lanzando las cenizas al mar”.

“Después de 25 años, pareciera que los astros se han confabulado para impedir el esclarecimiento del crimen. Todo el proceso ha sido turbio y enrarecido”, aseguró la periodista.

Tú, yo, mi hijo y “El Tío”

Sobre la película El Tío que dirigió el hijo de Rosario, Ignacio Santa Cruz, su progenitora explica que en el filme se expusieron sus vidas “con extrema crudeza, honestidad y valentía, abordaron el tema de tu identidad sexual, tu participación en la dictadura, cuestionando tu Constitución y tu afán de convertir a Chile en una gran Iglesia, en fin, temas que habíamos conversado una y mil veces y que no te habrían escandalizado en absoluto, pero que sí escandalizaron a muchos”.

“Quiero que sepas que consciente mi hijo de que detrás de nuestros actos subyacen siempre las huellas de la propia biografía, intentó humanizarte, mostrando tu traumática adolescencia, junto con el perfil de tus progenitores. [...] Pero a nivel familiar (salvo mi relación con mi querida hermana que aún sigue intacta) se produjeron rupturas lamentables de un lado y de otro. Ni perdón ni olvido, fue el mensaje. Espero que quienes condenaron a mi hijo sin conocer el trasfondo de la historia y a mí por haber permanecido a su lado con amor incondicional de madre, logren comprendernos algún día. Al menos sé que tú nos perdonarás a los dos. Porque así eras tú. A-Dios hermano.