Enrique Correa, dueño de Imaginacción y uno de los hombres más poderosos de Chile, recordó el caso MOP-Gate para argumentar que es relevante que los fiscales indaguen y que se respete la presunción de inocencia del ex titular de Economía de Sebastián Piñera, Pablo Longueira.

Asume que cuando llegó a ocupar el cargo como ministro de Patricio Aylwin, en la derecha lo miraban recelosos por sus orígenes. Correa venía de Ovalle, veraneaba en El Quisco, se formó en una escuela pública y estudió en un liceo fiscal. Reconoce que había chistes, “bromas que provenían de un instinto irrefrenable de la clase alta, tengas la idea política que tengas, pero siempre me sentí rodeado más bien de un clima de respeto”.

Junto con la trayectoria, Correa ha acarreado fama de poderoso en el ámbito de la política, pero él asegura que pese a estar en el mundo privado, “nunca voy a dejar de ser un político, alguien interesado en la política, y en particular un integrante muy activo de la centro izquierda. Llámese Concertación o Nueva Mayoría y no es indiferente el éxito o el fracaso de nuestros gobiernos”.

Según Correa, “hay mucha leyenda. Lo que sí es cierto es que la política es una pasión de mi vida”, y argumentó que “nosotros trabajamos todo el día, no andamos por los pasillos pensando en el poder que tenemos. Nos levantamos oscuro, trabajamos como todos, atendemos a los clientes como todos. Terminamos cansados el día y creo que, como en todo, en esto hay mucho de leyenda.

Sobre su decisión de no continuar una carrera política en el Congreso o en otros cargos de Gobierno, Correa sostuvo que tras ser ministro, sintió que el cometido propuesto se había cumplido y correspondía que otros siguieran ese camino, o lo reformaran, o lo profundizaran o mejoraran.

“Mi primera inclinación y, fue a lo que me dediqué hasta el 98, fue el trabajo académico. Como consultor internacional, en el Banco Interamericano del Desarrollo y en el PNUD. Tuve una experiencia estupenda de trabajo con la empresa de Fernando Flores (ex senador), asesoramos a empresas en México, hicimos mucho trabajo de apoyo en crisis. También trabajé mucho en Haití, entre otras cosas. Después de eso, tomé la decisión, un poquito por consejo de mi amigo Eugenio Tironi, de constituir esta empresa, que partió como una empresa pequeña y ahora ha ido creciendo” agregó en su entrevista con The Clinic.

Además Correa sigue sosteniendo que sus mejores años, y los más productivos, fueron cuando ocupó el cargo de ministro de Patricio Aylwin. “La oportunidad de haber participado en un momento histórico tan importante para el país es incomparable. Y es incomparable para quienes, como muchos otros, miles, luchamos contra la dictadura desde el golpe militar hasta que se terminó”.

“Nunca dejamos de luchar contra la dictadura, nunca nos doblegamos, vencimos nuestros propios temores, nuestros propios miedos. Y supimos enfrentarlos. El momento del plebiscito, los cuatro años del presidente Aylwin, siempre los he sentido muy virtuosos. Naturalmente el desarrollo que hemos tenido en la empresa junto a los socios, es un gran mérito y me siento muy orgulloso”, aseveró.

Asegura que aún se siente socialista, y que siempre será de izquierda, pese al conflicto con el PS cuando lo vincularon al lobby en favor del Consejo Minero por la Ley del Royalty.

Respecto a las críticas que recibe del mundo político por su empresa y el rol de lobbista en SQM y Penta, dice que ambos casos son clientes de su Imaginacción, que prestan los servicios que corresponden en una actividad que está regulada por la ley “así es que no siento que eso se corresponda con mi actividad política”.

Amigo de Patricio Contesse

La empresa de Correa está enfocada a la colaboración pública-privada y políticas públicas que involucraban a privados y finalmente el lobby. “Siempre ha habido lobby en Chile, en el siglo XIX y XX. La virtud que tiene el momento en que estamos ahora es que es una actividad regulada por una ley, que requiere perfeccionamientos todavía”.

Dice que les gustaría tener una ley que contara con un registro de lobbistas. “Ahora hay un registro expost, que se construye a partir de la transparencia, pero quisiéramos que se agregara un registro de lobbistas porque eso ayudaría mucho a la transparencia y a distinguir el lobby formal del informal. Porque el primero es una actividad regulada y el segundo se mueve siempre en la frontera del tráfico de influencia. Somos partidarios que se legisle mejor sobre un registro de lobby, se legisle mejor sobre los conflictos de intereses y se tipifique mejor el tráfico de influencias y se le penalice” expresó.

Respecto a Julio Ponce Lerou, controlador de SQM, dice que lo conoce, pero no ha tenido nunca un contrato de asesorías con Ponce Lerou ni con Cascadas.

“Fuimos contratados por SQM y trabajamos largo tiempo con Patricio Contesse, de quien tengo una gran opinión”, dijo. Agregó que se siente su amigo.

“Básicamente nuestro trabajo fue con SQM, ahora la avalancha de noticias y cosas hace perder la necesidad de precisar. Hemos trabajado mucho con SMQ, con la empresa propiamente tal. Y en la empresa hay socios mayoritarios y minoritarios, hay socios que tienen el control y otros que no, y nosotros estamos obligados a trabajar para todos. No sería correcto que trabajáramos solo para el controlador“, sostuvo.

Sobre la corrupción en el financiamiento ilegal de la política, Correa señaló que cree que todos los temas tienen que ser examinados por los tribunales y por los fiscales. “Siempre me he atenido a la definición clásica de la corrupción, es decir, aquella que está vinculada al enriquecimiento”.

“En la medida que lo que se está investigando es una forma de financiar la política, que tiene que ser reformada y que no puede seguir igual, creo que los propios políticos se autoinfieren un inmenso daño al calificar todo el financiamiento como corrupción. Cosa distinta son los casos en los cuales los fiscales investigan otros delitos, que tienen que probar por lo demás, como por ejemplo el cohecho”.

En relación a la polémica por la tramitación de la Ley del Royalty, que involucra al ex ministro Pablo Longueira, Correa indicó que no hay que olvidar que en su momento, el ex senador prestó grandes servicios al país.

“Porque la vida es así pues, sólo los integristas consideran que esta es una lucha eterna entre el mal y el bien. Hay asuntos que tienen que ver con la investigación que está en curso y Pablo Longueira tiene derecho a la defensa y a la presunción de inocencia, pero eso no borra los servicios que le prestó al país en su momento en la crisis que tuvimos con el MOP-Gate y en otros momentos cuando hubo problemas con la inscripción de la Democracia Cristiana. Creo que él fue parte de un esfuerzo por hacer de este un país en el que podíamos convivir”.

Gobierno

A su vez, sostuvo que le “parece muy bien” la ley de despenalización del aborto en 3 causales, y espera que se apruebe pronto.

Junto con asegurar que es muy pronto para la carrera presidencial, señaló que se siente cercano a Ricardo Lagos, y a la senadora Isabel Allende.

No obstante recalcó que antes de las municipales, es más importante resolver los asuntos del Gobierno, como crear en torno a las políticas del ministro de Hacienda, un espacio de concordia, de razonamientos comunes. “En torno a la disciplina fiscal, pero en torno también al incentivo o el empuje de medidas que nos permitan recuperar el crecimiento”.

Un segundo punto, agregó, es que la gratuidad es la moneda de oro de la Presidenta Bachelet. “Ella va a pasar a la historia con esto, pero esa gratuidad requiere ser sustentada en una ley, no puede seguir siendo sustentada en sucesivas glosas presupuestarias. Se debe hacer una muy buena ley de Educación Superior que consagre la gratuidad en un esfuerzo por un gran acuerdo en el Parlamento por este tema. Ese debe ser el gran propósito en este semestre”.

Por último se refirió a la alta desaprobación de Bachelet y su gobierno, indicando que “en la medida en que el gobierno se identifique más con estas aspiraciones reales de la clase media -que no siempre se corresponden con las ideas que circulan en el debate político- el gobierno puede tener un buen pasar. Si se miran no solo los porcentajes que tiene la Presidenta, sino que las razones, estoy seguro que van a llegar a esta conclusión. Esta es una clase media que aspira a bienes públicos de calidad y que valora la prosperidad que ha alcanzado”.