Durante el domingo, miembros de iglesias evangélicas protestaron en Osorno contra la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales, argumentando que la mujer no tiene el derecho de decidir sobre a vida que aloja en su vientre.

Sin embargo, en el mundo protestante no es la única visión sobre el tema pues los luteranos piensan totalmente distinto, avalando la interrupción del embarazo como una potestad de la mujer, más aún cuando se ha sufrido una violación.

Gerson Candia, pastor evangélico y representante del movimiento Pro Vida de Osorno, planteó que la despenalización del aborto es nociva para el país sobre todo porque se puede “someter a las mujeres a verdaderos calvarios”, dijo, “además de darle poder sobre la vida que lleva dentro de sí y que no le corresponde“.

Luis Álvarez, pastor de la Iglesia Luterana en Osorno y Concepción, afirmó que “no es bueno el aborto”, pero también se entiende que debe ser un derecho de la mujer que no la lleve a la cárcel “más aún cuando ha sido violentada sexualmente“.

Además calificó de hipócrita a la sociedad actual, pues la discusión por el aborto es tan cotidiana como su práctica clandestina, que es real, aseguró.

Pese a ello, desde el movimiento Pro Vida aseguran que en el sistema público de salud debieran solucionarse los problemas que motivan el aborto, ya sea la violación, la inviabilidad del feto y el peligro de vida de la madre, junto con brindar un acompañamiento a las mujeres que estén pasando por uno de esos casos.

El luterano Luis Álvarez prosiguió en su crítica a la sociedad y su forma de esconder la práctica del aborto y relegarla a la clandestinidad, acciones que se suman a otra que van en desmedro de la mujer.

Un debate que de seguro se mantendrá durante y posterior a la discusión del proyecto de despenalización del aborto en tres causales, pues desde el movimiento Pro Vida se han anunciado más acciones públicas cada semana en Osorno.