El recluso que abusó sexualmente de una asistente social de Gendarmería en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina 2, fue condenado por parte de la Fiscalía a 10 años de cárcel, hecho perpetrado en septiembre de 2013 en el mismo recinto donde el acusado cumplía una condena.

En el juicio el fiscal de la zona Centro Norte, Andrés Pastoriza logró acreditar que el acusado Fernando Ramos Ramos, intimidó con un arma cortopunzante a la víctima y bajo amenaza realizó actos de significación sexual consistentes en tocaciones en su cuerpo.

La mujer se resistió al abuso, por lo que el acusado la golpeó en la cabeza y en las piernas quedando con lesiones entre las cuales hubo una fractura de carácter grave.

Previamente, el sujeto había solicitado una entrevista a la profesional para exponer una situación que era de su competencia.

El acusado fue condenado como autor de los delitos de abuso sexual y lesiones graves.