El reconocido humorista Jorge Chino Navarrete le fue diagnosticado cáncer a la columna terminal hace tres meses. Lo ha pasado mal, pero destaca por su fuerza, sabiduría y humor para salir adelante.

A lo largo de su vida ha experimentado difíciles momentos como haber sido detenido el 1973, lo encañonaron en un asalto, años después casi muere electrocutado y posteriormente sufrió un infarto a la médula.

El año 2008 le detectaron cáncer a la próstata que se ramificó al hueso sacro, la pelvis, la columna, a la costillas y luego a su cráneo quedando comprometido todo su sistema óseo.

Cuando su médico le dio la noticia del avanzado cáncer, Navarrete reaccionó con calma según lo recuerda en entrevista con el diario Las Últimas Noticias “Lo primero que hice fue reagendar mis tiempos. Reuní a mi familia, les expliqué cómo era la situación y les pedí que me acompañaran en este camino, pero con alegría sin vivir tristezas”. “No quiero ser víctima. Les dije que enfrentaríamos esto contentos, felices. Si se ponían tristes, eso no me ayudaba. Estar triste no me ayuda para nada” agregó.

Decidió no tratarse en quimioterapia ya que le parece invasiva “son crueles, son al achunte en muchos casos, destruyen muchas veces tu cuerpo y al cuerpo uno lo debe respetar. No quiero maltratar mi cuerpo con quimioterapia” recalcó en la misma entrevista. Destacando que no le tiene miedo a la muerte.

Sabe que su familia deberá enfrentar el duelo, recalcando el concepto de trascender al momento de partir de esta vida. Está seguro que lo recordarán desde la alegría, el humor, las carcajadas que ha sacado a lo largo de su trayectoria “que nunca se olviden que hay que estar alegre”, precisó.

Jorge Chino Navarrete confiesa que está feliz pese a estar viviendo todo esto y con la sabiduría que dan los años y la experiencia siente que todo lo que ha vivido lo ha ido preparando para enfrentar de forma tranquila esta etapa.

El también humorista y amigo Álvaro Salas le decidó algunas palabras en la misma entrevista “Así es el chinito, siempre positivo”, añaniendo ” Al hablar con él uno queda tranquilo. Cuesta dimensionar hasta dónde está la enfermedad. Su optimismo es desbordante”.