La mañana de este miércoles se confirmó la muerte de Sergio Arellano Stark, líder de la denominada “Caravana de la muerte”, quien fue condenado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet.

Stark junto a un grupo de funcionarios del Ejército recorrieron distintas ciudades de nuestro país a bordo de un helicóptero Puma entre septiembre y octubre de 1973. En su paso ordenó la muerte -clandestina- de presos políticos de las ciudades de Arica, Pisagua, Iquique, Calama, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Cauquenes, Concepción, Temuco, Valdivia y Puerto Montt.

Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, explicó que la dictadura duró 17 años en los cuales -de manera sistemática- “se violaban los derechos humanos [...] La impunidad de Sergio Arellano tiene que ver con que muere sin ir ni un sólo día a la cárcel“.

Pizarro enfatizó que Arellano Stark “actúo con un sadismo impresionante”.

“A los familiares de quienes hemos perdido a personas, a quienes sufrimos el terrorismo de Estado ya nada va a resarcir el dolor ni nos van a devolver a nuestros familiares porque ellos ya no están. El tono es cómo aseguramos que más adelante esto no vuelva a ocurrir, mientras existan sujetos como Arellano Stark que mueren en la impunidad, difícilmente podemos asegurar que esto no va a pasar“, aseguró.

Escucha la entrevista de Rayén Araya y Álvaro Escobar en Expreso Bío Bío: