La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, convocó hoy a una reunión de urgencia tras el allanamiento a la casa del exmandatario Inacio Lula da Silva en medio de la investigación por el megafraude a Petrobras.

La oposición, en tanto, pidió la renuncia de Dilma y avivó los llamados a elecciones anticipadas.

El allanamiento se da un día después de un vendaval político en Brasil tras la filtración de supuestas declaraciones de un senador oficialista, Delcidio Amaral, acusando a Rousseff de interferir en la investigación del escándalo en Petrobras y a Lula de estar al tanto del esquema de corrupción.

El artículo publicado por la revista IstoÉ encendió la ira del gobierno y la propia Rousseff advirtió indignada que las filtraciones a la prensa no pueden ser usadas como un arma política, y que el combate a la corrupción es y seguirá siendo la prioridad de su gobierno.

El jefe de gabinete de Rousseff, Jacques Wagner, dijo que la presidenta recibió la noticia “con indignación” y que quedó “preocupada”.