Un crudo diagnóstico sobre las condiciones de las cárceles realizó el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, en la ceremonia de inicio del Año Judicial que se realizó este martes.

La discusión ha cobrado fuerza en la última década, y recientemente un informe de la Corte de Apelaciones de Santiago dio cuenta de los graves problemas de hacinamiento que se viven en los recintos penitenciarios.

En su intervención, el magistrado descartó que la delincuencia se solucione mediante el uso de las cárceles: “Cuando como sociedad pregonamos sobre el empleo de la cárcel como mecanismo de solución, sin dimensionar sus condiciones, no nos hacemos cargo de las causas que motivan la delincuencia“.

En cuanto a la capacidad de los recintos, Dolmestch manifestó su preocupación por los “centros de reclusión con niveles inhumanos de hacinamiento, graves deficiencias de seguridad y de suministro de servicios básicos”. Estos problemas, a su juicio, dan cuenta de una realidad que [...] no es compatible con los mínimos estándares de derechos humanos“.

También, el presidente de la Corte Suprema dedicó una parte de su discurso de apertura del Año Judicial a los miles de recursos de protección que llegan hasta los tribunales de justicia para frenar las alzas en los precios bases de los planes de salud de las isapres.

Sobre esto, destacó que se ha triplicado el gasto en fallar todas estas acciones.

“Para afrontar este trabajo se creó una unidad especial en la Corte de Apelaciones de Santiago que cuenta con 50 personas, y en otras cortes del país se ha reforzado la dotación personal. Solo por concepto de remuneración, sin contar equipamiento ni infraestructura, el Poder Judicial está destinando anualmente más de 1 millón de dólares de su presupuesto“, expresó Hugo Dolmestch.