Laboratorios especializados en Dinamarca y Canadá buscan responder de dónde provino una inusual bacteria encontrada en sus restos durante una investigación de 2015.

Se trata del estafilococo dorado, una bacteria poco común en el Chile de los ’70 y que nada tenía que ver con el cáncer que padecía. Las sospechas surgieron tras pericias realizadas en Murcia, España; en medio de la investigación que dirige el ministro Mario Carroza.

Las investigaciones ahora están a cargo del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de McMaster en Canadá, y del Departamento de Medicina Forense de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.

“La ciencia es un medio para llegar a una conclusión posible en el presunto asesinato de Pablo Neruda. Tenemos la esperanza de que esta conexión entre la ciencia y la historia, le ayudará a dar transparencia a las miles de personas afectadas en Chile por este pasado muy doloroso”, sostuvo Debi Poinar, investigadora asociada del Departamento de Antropología en la Universidad McMaster en entrevista con El Mercurio.

El genetista forense Niels Morling, de la Universidad de Copenhague, señaló al mismo medio que su investigación “contribuirá a la reconciliación de los distintos grupos en Chile”, calificándola como “un reto forense”.

En tanto, el genetista Hendrick Poinar sostuvo que “la presencia de bacterias patógenas específicas pueden haber sido en última instancia responsables de la muerte del señor Neruda por bacteremia”.

Los resultados serán informados durante los próximos meses al ministro Mario Carroza, quien busca esclarecer las causas de la sospechosa muerte de Neruda.

El Premio Nobel pasó sus últimos días en la Clínica Santa María entre el 19 y 23 de septiembre de 1973. Los investigadores buscan responder si la bacteria ya estaba en el cuerpo de Neftalí Reyes o si la contrajo ya estando internado.