La Unión Europea (UE) convocó una reunión especial con Turquía en marzo para abordar la crisis migratoria, al término del primer día de una cumbre en la que los mandatarios pidieron que no haya acciones nacionales unilaterales, en una crítica velada hacia Austria.

“Tenemos la intención de organizar un encuentro especial con Turquía a principios de marzo”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en conferencia de prensa.

“Antes de esta reunión había algunos que dudaban sobre la necesidad de resolver el problema de la crisis de los refugiados junto con Turquía”, afirmó por su parte el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Pero “no hay alternativa”, agregó, y destacó la necesidad de tener una “buena, inteligente y sabia cooperación con Turquía”.

La llegada a la UE en 2015 de más de un millón de migrantes que huyen de las guerras desestabiliza al bloque, que pasó de tener una política de brazos abiertos a cerrar sus fronteras.

La gran mayoría de los que aspiran a obtener asilo en la UE llegan a las islas griegas desde Turquía, que se convirtió el último año en el principal país de paso de los emigrantes.

Bruselas selló con Ankara un “plan de acción” para frenar las llegadas, que totalizan en Grecia en lo que va del año más de 84.000, según la Organización Internacional para las Migraciones.

Turquía se comprometió a frenar las llegadas y a cambio la UE accedió a la demanda turca de financiar los campos de refugiados en Turquía, que recibió a 2,5 millones de personas que huyen de la guerra en Siria e Irak, con 3.000 millones de euros.

Pero el “plan de acción”, que los mandatarios convinieron el jueves sigue siendo “una prioridad”, según Tusk, no funciona.

“Debemos hacer todo lo posible” para que funcione, añadió.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, debía participar el jueves por la mañana de una reunión con varios países europeos antes de la cumbre. Pero el atentado que dejó 28 muertos en Anakara el miércoles le obligó a suspender su asistencia.

Austria limitará los pedidos de asilo

Por la mañana, la Comisión Europea reprendió además a Austria, que decidió limitar los pedidos de asilo a 80 por día a partir del viernes, con la intención de no superar el techo de 37.500 nuevos solicitantes de asilo en 2016.

Viena también limitará a 3.200 por día el número de migrantes que podrán transitar por el país para pedir asilo en un país vecino.

“Tal política sería llanamente incompatible con las obligaciones de Austria bajo la ley europea e internacional”, escribió, en una carta dirigida a Viena, el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.

Tusk subrayó en su conferencia de prensa que las soluciones europeas a la peor crisis migratoria en Europa en décadas, “no son sólo decisiones que se toman en Bruselas también se toman en primer lugar en las capitales”.

“Debemos aceptarlo, pero al mismo tiempo debemos mejorar la coordinación de esas decisiones”, señaló. En sus conclusiones, los mandatarios piden que cesen las medidas sin coordinación entre los 28.

Juncker ahondó en ese sentido afirmando que “los solos nacionales no son recomendables”.

“No hay nada para posponer, nada para cambiar”, dijo a la prensa el canciller austríaco Werner Faymann.

En 2015, Austria, un país de 9 millones de habitantes de Europa central, tuvo “más solicitudes de asilo que Italia y muchos más que Francia”, dijo.

En 2015 recibió 90.000 solicitudes.

“Lo dije claramente, si cada país acepta tantos [migrantes] como Austria (…) llegarían a la Unión Europea dos millones sólo este año”, añadió Faymann.

‘Restaurar Schengen’

La crisis migratoria amenaza también las fronteras interiores del espacio de libre circulación Schengen. Seis países reinstauraron los controles fronterizos para limitar las llegadas.

Los mandatarios señalaron en sus conclusiones que era importante “restaurar, de manera concertada, el funcionamiento normal del área Schengen”.

En sus conclusiones adoptaron las recomendaciones de la Comisión que dio tres meses a Grecia para que resuelva las “serias deficiencias” en la protección de su frontera marítima con Turquía, subrayando al mismo tiempo la necesidad de regresar a la situación en que “todos los Estados miembros cumplen los requisitos del código Schengen”.