En plenas vacaciones y luego de la bullada salida del ex administrador de La Moneda, Cristián Riquelme, el último bastión de poder de la G90 que quedaba al interior del palacio de Gobierno se encuentra en Concepción, atrincherado en el hogar de sus padres y evitando – a toda costa – el contacto con la prensa.

Riquelme, uno de los hombres mas cercanos a la presidenta Bachelet, se vio forzado a dejar el Gobierno producto de vinculaciones con al Caso Caval, se mantiene en el más completo hermetismo, actitud que – según fuentes de Radio Bío Bío – se debe a una profunda molestia.

El diputado PPD Cristián Campos señaló que la tardanza de esta decisión generó un tremendo problema político y criticó la actitud del ministro Jorge Burgos al momento de anunciar la “renuncia”.

Mientras tanto, el presidente Regional del PPD, Gustavo Medel, afirmó que la estrategia del silencio de Riquelme es comprensible; eso si, aseguró que en esta pasada fue Burgos quien se dio “el gusto” de expulsar a Riquelme.

Medel agregó que “el fuego amigo” es una práctica común al interior de la Nueva Mayoría, ya que – a su juicio – no existe reciprocidad entre los partidos que componen la coalición en temas de lealtad.

Por el momento, son un verdadero misterio las impresiones del hombre mas cuestionado de los últimos meses, estrategia similar a la que uso su gran amigo y también integrante de la G90, Rodrigo Peñailillo al momento de salir, también con “forceps” del Palacio de Gobierno.