Un “error humano” de un guardagujas causó el accidente de trenes ocurrido la semana pasada en Alemania, que costó la vida a once personas, indicaron el martes los investigadores.

“No hay ningún indicio relativo a un problema técnico. Se trata de un error humano”, informó el fiscal de Traunstein (suroeste), que pilota la investigación del accidente, en una conferencia de prensa sobre las causas del accidente.

La hipótesis de un error humano ya había sido evocada el día de los hechos por la prensa alemana.

El responsable del cambio de agujas, un hombre de 39 años, fue inculpado por homicidio por negligencia, heridas e intervención peligrosa en el tráfico ferroviario, precisó el magistrado.

El agente reconoció su error el lunes, agregó.

Los investigadores no precisaron el tipo de error cometido por el agente pero, según la prensa alemana, el guardagujas dejó pasar uno de los dos trenes que iba con retraso, desactivando el sistema de seguridad que podría haber accionado el freno automático.

Según los análisis sanguíneos, el agente no se encontraba bajo los efectos del alcohol ni de las drogas.

Cuando se dio cuenta del error, intentó inmediatamente hacer un llamado de urgencia, pero “no hubo respuesta”, indicó Jürgen Branz, de la fiscalía de Traunstein.

Once personas murieron en el choque frontal entre dos trenes regionales, ocurrido el martes 9 de febrero hacia las 07:00 horas locales en una línea de dirección única entre Rosenheim y Holzkirchen, en un bosque situado a unos 60 km al sureste de Múnich (suroeste), la capital de la Baviera.

El accidente también causó 24 heridos graves y 61 leves. Se trata de uno de los peores accidentes ferroviarios en la historia reciente alemana.