El gobierno austríaco anunció este martes que implementará controles fronterizos en doce puntos de la frontera sur del país, que colinda con Italia, Eslovenia y Hungría, con el objetivo de frenar la llegada de migrantes.

“Va a haber distintas medidas estructurales”, similares a la barrera erigida en el principal puesto fronterizo con Eslovenia, anunció la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner.

El gobierno también tiene previsto implantar un cupo diario máximo de migrantes que puede acoger.

Austria ha endurecido su política migratoria en un momento en que Europa hace frente a la peor crisis de desplazados desde la Segunda Guerra Mundial.

El país, donde viven casi nueve millones de habitantes, recibió el año pasado 90.000 peticiones de asilo, una de las cuotas per capita más alta de todos los países europeos.

En respuesta, Viena ya había advertido el mes pasado que recortaría a 37.500 el número máximo de admitidos, una medida que implica la deportación de al menos 12.500 personas.

En el último año llegaron a Europa más de un millón de migrantes, principalmente procedentes de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán.