Uno de los platos fuertes de la gala de los Grammy era la vuelta al escenario de Adele, pero un problema de micrófonos entorpeció su esperada actuación en la gran fiesta de la música estadounidense, celebrada este lunes en Los Ángeles.

“Los micrófonos del piano se cayeron en las cuerdas del piano, por eso parecía que sonaba una guitarra. Provocó un sonido que parecía desafinado”, explicó la propia artista británica en su cuenta de Twitter, saliendo al paso de la polémica.

Tras varios años sin acudir a la ceremonia, Adele regresó con fuerza para interpretar All I Ask, uno de los temas de su exitoso disco 25.

La cantante apareció en el centro del estadio Staples Center como la diva que es, luciendo un imponente vestido de color burdeos y desplegando su poderosa voz para deleite del público.

Pero el sonido del piano que la acompañaba nubló su actuación.

“El problema fue resuelto en cuestión de segundos, pero nunca estamos contentos cuando algo así ocurre”, explicó a la prensa el presidente de la Academia de Grabación, Neil Portnow.

“En actuaciones como ésta, en las que un artista canta solo con un piano, queda muy expuesto. Pero Adele lo hizo increíble, hizo un trabajo fantástico”, apuntó el máximo responsable de la organización.

Adele le quitó importancia al percance afirmando que “estas cosas ocurren”.

Prueba de ello es que, al finalizar la gala, se dio un “capricho” yendo a comer una hamburguesa a un local de comida barata muy popular.

“Tal vez (el problema) mereció la pena”, bromeó.

Los Grammy premiaron en su 58 edición a Taylor Swift, Ed Sheeran y los autores de Uptown Funk, Mark Ronson y Bruno Mars.