El seremi de Salud de la región del Bío Bío, Mauricio Careaga, aseguró que los 18 niños que resultaron positivos a los análisis de presencia de metales pesados en la comuna de Coronel, no están enfermos. Aún así se tomarán nuevas muestras a los menores para descartar cualquier tipo de patología.

La Seremi de Salud ya tomó contacto con las familias de los 18 niños que dieron positivo a la presencia de metales pesados, arsénico, cadmio y mercurio níquel en sus cuerpos, luego de un estudio que el organismo encargó al Instituto de Salud Pública.

Los menores fueron sometidos a nuevos exámenes para confirmar o descartar enfermedades debido a la presencia de metales pesados en su sangre. Careaga indicó que ya se tomaron las muestras a 13 niños, quedando 5 pendientes, ya que algunos no se encontraban en la zona debido a las vacaciones.

La autoridad sanitaria agregó que los resultados no se pueden comparar, porque es el primero que se realiza en Coronel y que no podría existir una relación con exámenes de otras ciudades, debido a que las zonas geográficas son distintas.

El seremi indicó que la única forma para analizar esta arista, sería realizar un nuevo estudio con el correr del tiempo y destacó que el margen de error de la muestra no supera el 0,05%.

La directora (s) del Servicio de Salud de Salud de Concepción, Myriam Pérez, reconoció que los niveles de los metales están elevados en los 18 niños, no obstante descartó la intoxicación.

Pérez aseguró que seguirán trabajando para descartar enfermedades y que los primeros resultados deberían conocerse este fin de semana.

A los 18 niños que se les hará un seguimiento, también se sumarán sus familias, 33 personas más que serán atendidas en el Hospital San José de Coronel.

El director del recinto hospitalario, Hugo Arce, dijo que durante esta semana se tomarán nuevas muestras para seguir evaluando el funcionamiento de los riñones e hígado de los afectados y familiares.

Debido a que no existe certeza de dónde provienen los metales pesados, la Seremi de Salud inició un levantamiento de información sobre la calidad del agua que están bebiendo las familias donde se registraron casos, muestra epidemiológica que se extendió también a la composición del suelo, el alimento e incluso los materiales con que fueron construidas sus viviendas.