Las negociaciones previas a la cumbre europea en la que se discutirá la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) se intensificaron este lunes con un encuentro en París entre el primer ministro británico y el presidente francés.

El primer ministro británico, David Cameron, se desplazó a París, en un viaje no programado, que fue anunciado este mismo lunes.

Tras la reunión, una fuente del entorno presidencial francés dijo que “queda todavía mucho trabajo sobre el tema de la gobernanza económica”.

Pero ambos “coincidieron en que el pre-acuerdo que presentó el Consejo Europeo proporciona una base sólida para alcanzar un acuerdo en la cumbre de esta semana”, declaró un portavoz del primer ministro británico.

Poco antes de la llegada de Cameron a París, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aumentó la presión al declarar desde Bucarest que “el riesgo de una ruptura es real”.

Para el funcionario europeo, la Unión Europea atraviesa por un “momento crítico”, pero pidió a ambas partes que colaboren para evitar un quiebre.

“Es el momento de empezar a escuchar los argumentos de cada uno más que los propios”, señaló Tusk durante una visita a Rumanía.

Tusk, que anuló todas sus citas de la semana para defender la propuesta destinada a evitar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (“Brexit”), se reunió al mediodía con el presidente francés François Hollande.

Después viajó a Berlín, Praga y Bucarest para tratar de consolidar un proceso que él mismo califica de “muy frágil”.

Tras su reunión con Hollande, Tusk se limitó a declarar lacónicamente que “espera” llegar a un acuerdo.

El Reino Unido negocia las condiciones de su adhesión a la UE y espera lograr un acuerdo esta semana en la cumbre europea de Bruselas, antes de el referéndum previsto dentro de unos meses.

Donald Tusk presentó el 2 de febrero un pre-acuerdo para responder a las reivindicaciones británicas y evitar el “Brexit”, pero quedan pendientes todavía varios temas difíciles, desde la inmigración hasta la soberanía política, pasando por la economía.

Francia advirtió ya que está descartado modificar los tratados europeos para acomodarlos a las exigencias británicas.

Hollande, que se abstuvo de hacer declaraciones tras la reunión con Tusk, había advertido que “no es aceptable revisar lo fundacional de los compromisos europeos”.

Problemas políticos ‘en suspenso’

Francia rechazará en particular cualquier medida que permita a los nueve países que no adoptaron la moneda única bloquear decisiones de los 19 miembros de la zona euro.

“No puede haber ningún veto por parte de los países que no forman parte de la zona euro”, advirtió Hollande, cuyo país desea continuar la integración de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

La protección de los intereses de los países no miembros de la eurozona es una cuestión que debe “ser solucionada, que es esencial para Gran Bretaña”, reiteró en Bruselas el ministro británico de Relaciones Exteriores, Philip Hammond.

El proyecto de acuerdo preparado por Donald Tusk será sometido el jueves y el viernes a los jefes de Estado y de gobierno de la UE.

Los negociadores europeos aportaron “clarificaciones técnicas y jurídicas”, pero “quedan en suspenso problemas políticos”, indicó a la AFP una fuente europea.

Philip Hammond confirmó el domingo que las negociaciones continuarían hasta el último minuto, dado que ciertas decisiones sólo “pueden ser tomadas por los jefes de Estado y de gobierno” reunidos.

“Nada está solucionado mientras todo no esté solucionado”, “todo está sobre la mesa en este momento”, repitió Hammond.

Cameron, que prometió organizar un referéndum sobre el mantenimiento o no de su país en la UE, que tendrá lugar posiblemente en junio, reiteró el viernes en Alemania que cree en la posibilidad de llegar a un acuerdo.

“En lo que respecta al lugar de Gran Bretaña en la UE, siempre confié en que juntos podemos obtener las reformas que respondan a las expectativas británicas y funcionen también para toda Europa”, dijo Cameron ante Angela Merkel.