Siete supuestos miembros de la organización yihadista Estado Islámico (EI) sospechosos de preparar atentados en Moscú y San Petersburgo fueron detenidos el domingo en Ekaterimburgo (Urales), anunció este lunes el servicio de inteligencia ruso (FSB).

“Los servicios de seguridad detuvieron el 7 de febrero de 2016 en Ekaterimburgo a siete (…) ciudadanos de Rusia y (países de) Asia central miembros del Estado Islámico, que preparaban atentados terroristas con artefactos explosivos en Moscú, San Petersburgo y la región de Sverdlovsk (Urales)”, señaló el FSB en un comunicado.

En el domicilio de los detenidos se descubrieron “un laboratorio de fabricación de artefactos explosivos, explosivos, detonadores, armas de fuego, granadas y literatura extremista”, precisa el comunicado.

Según la misma fuente, los jefes de esta célula terrorista llegaron al territorio ruso procedentes de Turquía y todos preveían viajar a Siria una vez cometidos los atentados.

Unos 2.900 rusos, en su mayoría originarios de las inestables repúblicas del Cáucaso, combaten en las filas del EI en Siria y en Irak, según los servicios de inteligencia rusos.

Según el instituto especializado Soufan Group, con sede en Nueva York, el número de combatientes originarios de Asia central también se disparó en 2015, cuando más de 2.300 viajaron a Siria o Irak.

Rusia, fiel aliada del régimen sirio, lleva a cabo desde el 30 de septiembre bombardeos casi diarios en Siria contra el EI y otros blancos que considera “terroristas”. El EI y el Frente Al Nosra, la rama siria de Al Qaida, pidieron en represalia a sus partidarios atacar a la población rusa.

El 31 de octubre, 224 personas murieron en un atentado contra un avión de línea ruso en el Sinaí Egipto reivindicado por el EI.