Alrededor de 605.000 inmigrantes indocumentados residentes en California lograron sacar la licencia de conducir en 2015, en el primer año de funcionamiento de una medida que beneficia sobre todo a personas de origen latino, confirmaron este lunes varias fuentes oficiales a la AFP.

Desde que la ley AB 60 entró en vigor el 2 de enero de 2015 hasta final de año “emitimos 605.000 licencias” de las 830.000 peticiones recibidas, explicó Artemio Armenta, portavoz del departamento de tráfico californiano (DMV, en inglés).

Las autoridades ya concedieron otros 27.000 permisos en el primer mes de 2016, dato que esperan mantener mensualmente a lo largo del año para alcanzar a finales de 2017 los 1,4 millones de beneficiarios.

La normativa fue aprobada en octubre de 2013 por el gobernador demócrata Jerry Brown para dar un documento legal a los 2,5 millones de personas indocumentadas que viven en California, la cifra estatal más alta del país y cuya mayoría es hispana.

La licencia no otorga beneficios federales, por lo que sus titulares no pueden sacarse ni el pasaporte estadounidense ni abordar aviones.

Sin embargo, les permite conducir por todo el país de forma legal sin riesgo a ser multados o a que sus vehículos sean confiscados.