Julian Assange hizo este viernes una inusual aparición en el balcón de la embajada ecuatoriana en Londres para proclamar “victoria” por el dictamen de la ONU que calificó su situación de “detención arbitraria”.

“Qué momento dulce. Esta es una victoria innegable”, dijo Assange, que ha salido en muy pocas ocasiones al balcón en los más de tres años y medio que lleva recluido en la embajada para evitar su extradición a Suecia.

Assange llevaba un traje oscuro, camisa azul y corbata negra y dorada, y fue aclamado por un puñado de partidarios que se reunieron ante la embajada con la esperanza de que la abandonara gracias al fallo de la ONU, algo no ha ocurrido.

También hubo un discrepante que insultó repetidamente al fundador de Wikileaks, a lo que este respondió: “¿puede alguien hacer callar a ese tipo?”.

No obstante, Assange usó un tono sosegado y no levantó la voz en ningún momento.

“Todo este proceso me ha endurecido y puedo encajarlo. Pero, ¿qué derecho tiene este gobierno, o el gobierno estadounidense, o el sueco, a negarle a mis hijos el derecho a ver a su padre?”, se preguntó.