Un ataque del grupo Estado Islámico (EI) mató el sábado en la ciudad siria de Deir Ezor (este) a al menos 85 civiles y a 50 combatientes prorrégimen, una “masacre” según el gobierno sirio.

La agencia de prensa oficial siria Sana, que citó a habitantes de esta ciudad situada al este del país, afirmó que “unos 300 civiles” murieron. Si este balance de víctimas se confirma, se trataría de uno de los más elevados en un único día en la guerra que asola Siria desde hace casi cinco años.

Este baño de sangre llega cuando las fuerzas favorables al presidente sirio, Bashar al Asad, se enfrentan al EI en la provincia de Alepo. Un total de 16 yihadistas murieron en los combates.

“Al menos 135 personas perecieron durante este ataque del EI, entre las cuales unos 85 civiles y soldados del régimen sirio y combatientes de las milicias progubernamentales”, afirmó a la AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

Precedentemente, el OSDH había brindado un balance de 75 combatientes progubernamentales abatidos.

El EI reivindicó este “amplio ataque” en varios frentes de la ciudad de Deir Ezor y sus alrededores, afirmando en un comunicado haber tomado el control de Al Baghaliyeh en las afueras.

En una declaración difundida por la agencia oficial siria, el gobierno sirio condenó “esta masacre salvaje y cobarde perpetrada por el EI contra los habitantes de Al Baghaliyeh, en la provincia de Deir Ezor”.

Según el OSDH, la ofensiva iniciada con un atentado suicida con coche bomba permitió a la organización yihadista avanzar en el norte de la dividida capital de la provincia petrolera del mismo nombre y controlar a partir de ahora un 60% de la aglomeración.

El régimen sigue controlando algunos territorios de Deir Ezor, así como un aeropuerto militar próximo, a pesar de los ataques del EI.

Siete frentes

En dificultades el pasado verano boreal, las fuerzas de Bashar el Asad volvieron a la ofensiva desde el inicio el 30 de septiembre de la intervención de Rusia, aliada de Damasco, que desde entonces ha lanzado miles de bombardeos aéreos.

En la provincia de Alepo (norte), no menos de 16 combatientes yihadistas murieron tras un ataque fallido contra una posición del régimen cerca de la ciudad de Al Bab, indicó el OSDH.

La televisión pública también informó que las fuerzas del régimen habían rechazado una ofensiva en esta región.

Los aviones rusos atacaron las posiciones yihadistas entre el aeropuerto militar de Kueiris, en manos del régimen, y Al Bab, según el OSDH, que dispone de una vasta red de fuentes en todo el país.

En los últimos días, las fuerzas prorrégimen progresaron hacia Al Bab, un bastión del EI, y retomaron varias aldeas de los alrededores. Actualmente, se encuentran a menos de 10 km de esa ciudad, una distancia que no alcanzaban desde 2012.

Ubicada a 30 km al sur de la frontera con Turquía, Al Bab cayó en manos de los rebeldes en julio de 2012 y del EI en noviembre de 2013.

Los combatientes progubernamentales intentan en particular cortar el acceso de los rebeldes a Alepo, segunda ciudad de Siria, que está dividida entre barrios controlados por el régimen (oeste) y por los rebeldes (este).

“Con esta operación, el ejército intenta ampliar su zona de seguridad alrededor de la ciudad” de Alepo, e impedir a los rebeldes reaprovisionarse en sus cercanías, explicó a la AFP una fuente de seguridad.

Según un comandante de las fuerzas progubernamentales, el régimen lucha actualmente en siete frentes diferentes en la provincia de Alepo.

‘Separar el territorio’

El gobierno espera debilitar así al EI, que controla parte de esta provincia, vecina de la de Raqa, cuya capital es ‘de facto’ también la del grupo yihadista.

“Las fuerzas del régimen tienen un plan preciso para separar el territorio que controla el EI en [la provincia de] Alepo del que éste tiene en Raqa”, subrayó el director del OSDH.

En la ciudad de Raqa, precisamente, “al menos 16 personas murieron, entre las cuales civiles, y 30 resultaron heridas durante los ataques contra sus barrios y alrededores”, agregó, sin precisar si se trataba de bombardeos de la aviación rusa o de la coalición internacional liderada por Washington.

Desde el inicio en marzo de 2011 de la guerra civil en Siria, que se ha ido volviendo más compleja con la multiplicación de los beligerantes, 260.000 personas murieron y millones se vieron obligadas a huir de sus hogares.