El gobierno turco inició el viernes una caza de brujas contra todos los firmantes de una carta que pedía el fin de las controvertidas operaciones del ejército contra la rebelión kurda y que provocó la ira del presidente islamoconservador, Recep Tayyip Erdogan.

A pedido de la fiscalía, 21 universitarios fueron detenidos al amanecer en sus domicilios como parte de una investigación por “propaganda terrorista” e “insulto a las instituciones y la república turca”, informó la agencia de prensa progubernamental Anatolia.

Los intelectuales fueron finalmente puestos en libertad tras ser interrogados a lo largo del día en Kocaeli y Bursa (noroeste), informó la agencia de prensa Dogan.

Una decena de universidades iniciaron al mismo tiempo acciones disciplinarias contra más de sesenta profesores o investigadores.

Cerca de 1.200 personas firmaron el lunes una “iniciativa universitaria por la paz” para pedir el fin de la intervención de las fuerzas de seguridad turcas contra los rebeldes kurdos del PKK.

Después de dos años de alto el fuego, los combates entre fuerzas del orden turcas y el PKK se reanudaron el pasado verano boreal, haciendo pedazos las negociaciones de paz iniciadas en 2012 para poner fin a un conflicto que ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984.

En el texto titulado “No seremos parte de este crimen”, los firmantes denuncian que el gobierno lleva a cabo una masacre deliberada y planificada que viola las leyes turcas y los tratados internacionales.

Esta petición también fue firmada por intelectuales extranjeros como el lingüista estadounidense Noam Chomsky.

Erdogan acusó de nuevo el viernes a los firmantes de ser cómplices de los “terroristas” del PKK e intentó justificar las acciones iniciadas contra ellos, asegurando que “aquellos que se unen al bando de los crueles son también crueles”.