El Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió el jueves que el uso de la hambruna como arma de guerra es un crimen, después de que trabajadores humanitarios lograran entregar alimentos a los residentes de la convulsa ciudad siria de Madaya.

“Déjenme ser claro: el uso de la hambruna como arma de guerra es un crimen de guerra”, dijo Ban a periodistas.

“Todas las partes -incluido el gobierno sirio que tiene la responsabilidad primaria de proteger a los sirios- están cometiendo esta y otras atrocidades prohibidas bajo la ley humanitaria internacional”, afirmó.

Un nuevo convoy con comida y medicinas entró el jueves a la ciudad siria de Madaya, donde los habitantes sufren hambruna tras meses de asedio de las fuerzas gubernamentales.

Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos solicitaron una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para reclamar el levantamiento de los sitios impuestos a ciudades sirias, entre ellas Madaya, anunció el jueves a la AFP el embajador francés.

Esta reunión -que podría realizarse a partir del viernes- busca “alertar al mundo sobre el drama humanitario que vive Madaya y otras ciudades de Siria” sitiadas, declaró François Delattre.

Se trata de que “cada uno asuma sus responsabilidades”, agregó.

La iniciativa busca también “contribuir a crear condiciones más favorables para la reanudación del diálogo intersirio”, a 10 días de la prevista apertura de las negociaciones de paz en Ginebra.

Algunos diplomáticos advierten que las conversaciones no tendrán posibilidades de éxito si la crisis humanitaria se mantiene.

“Será difícil para ellos negociar mientras sus hijos y familiares estén amenazados por el hambre o la muerte”, dijo un diplomático del Consejo de Seguridad.

Además de los tres países citados, la iniciativa es apoyada por Nueva Zelanda y España, miembros no permanentes del Consejo.