El sexólogo del Centro de Estudios de la Sexualidad de Chile, Christian Thomas, indicó que “es un hecho comprobable“, que el verano aumenta el deseo sexual.

“Los meses de más temperatura, de primavera y verano, nos incitan a una actividad sexual mucho mayor, debido a la razón contextual. En verano hay una tendencia a una mayor relajación, pero el sol es un tremendo activador del sistema nervioso central”, señaló en diálogo con Podría ser Peor.

El experto explicó que el sol “tiene una influencia enorme sobre el funcionamiento nuestro. Se activa, no solamente, el cerebro, se activan algunas hormonas, algunas vitaminas que requieren del sol para poder traducirse adecuadamente y hay cambios de ánimos notorios”.

“La piel desnuda, descubierta, es un incitador a la actividad sexual. Además, el sudor es un afrodisíaco importante. Hay un cúmulo de razones que nos hacen estar mucho más dispuestos a la actividad sexual en primavera y verano”, añadió.

Pero no solo el verano estimula el deseo sexual, sino que también las catástrofes. Thomas aseguró que “es como si funcionara un aparato biológico muy primitivo, diciéndonos ‘mira, hubo una catástrofe, hay que reproducir la especie’”.

Escucha la entrevista completa realizada por Julio César Rodríguez en Podría ser Peor: