Los pobladores del sector Carrizales Bajo de Nueva Aldea presentaron desde octubre a la fecha, 12 denuncias por malos olores y ruidos molestos de la operación de la celulosa de la empresa Arauco. En la última acción piden revisar todas las autorizaciones ambientales con que cuenta la planta.

Los habitantes de varios sectores poblacionales aledaños al complejo forestal e industrial Nueva Aldea, han emprendido durante años acciones en lo administrativo y judicial buscando de parte de las autoridades una efectiva fiscalización y acciones que restablezcan la calidad de vida que tenían antes de la instalación de la celulosa en Ránquil.

Paula Villegas, abogada de un grupo de vecinos, presentó esta semana un requerimiento ante la Superintendencia de Medioambiente, pidiendo se revisen todas las resoluciones de calificación ambiental que tiene la planta.

Una primitiva del año 1995, autorizó el proyecto original y otras que sucesivamente ha ido obteniendo para modificar y optimizar la actividad productiva.

Para la jurista, pese al conocimiento que han demostrado sobre el tema tanto en el Ministerio de Medioambiente, como en la Superintendencia del ramo, los afectados siguen esperando por medidas concretas que reduzcan los episodios de contaminación que deben soportar.

No son temas menores, plantean los afectados, pues los malos olores y fuertes ruidos provenientes del complejo forestal e industrial permanecen en algunas oportunidades por varias horas.

Los vecinos además se sienten desilusionados por los nulos resultados de la mesa de trabajo que hace más de un año se estableció entre los habitantes del sector, la empresa y las seremis de Salud y Medioambiente.