La policía mató a un hombre armado con un arma blanca que este jueves intentó atacar una comisaría de París al grito de “Alá Akbar”, cuando se cumple un año del atentado yihadista contra la revista Charlie Hebdo.

Este ataque tuvo lugar pocos minutos después de un discurso del presidente François Hollande, que pidió a los servicios de seguridad franceses mayor cooperación ante el riesgo de atentados.

El barrio popular la Goutte d’Or, sector multiétnico del norte de París, fue bloqueado por la policía.

El hombre armado con un cuchillo intentó agredir a un policía en la entrada de la comisaría al grito de “Alá Akbar” (“Alá es el más grande”). Llevaba también un cinturón de explosivos, pero éste resultó ser falso, indicaron el Ministerio del Interior y fuentes judiciales.

“Un hombre trató el jueves por la mañana de agredir a un policía en la recepción de la comisaría, antes de ser alcanzado por disparos de respuesta de los policías”, indicó el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet.

“Los artificieros están en el lugar y trabajan para poner en seguridad los locales”, agregó.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, se trasladó a la comisaría.

La comisaría objeto de este ataque se encuentra en el distrito 18 de París que, al igual que el barrio de negocios de La Defensa, fue mencionado como blanco potencial de los yihadistas que cometieron los atentados del 13 de noviembre contra el Estadio de Francia, restaurantes del este de la capital y la sala de espectáculos Bataclan.

Esos atentados, los peores sufridos nunca en Francia, causaron 130 muertos y cientos de heridos. Nueve yihadistas, repartidos en tres comandos, murieron en los ataques, bajo los tiros de la policía o al hacer estallar sus cinturones de explosivos. Otros dos hombres, sospechosos de estar implicados en estos atentados, siguen prófugos.

‘Gravedad de la amenaza’

El jueves por la mañana, François Hollande había evocado la necesidad de reforzar aún más las medidas de seguridad ante la amenaza de atentados yihadistas.

“La gravedad de la amenaza exige aumentar aún más” la seguridad, dijo en un discurso de Año Nuevo pronunciado ante miembros de la policía, la gendarmería y el ejército.

“Ante tales adversarios, es esencial que cada servicio -policía, gendarmería, inteligencia, militares- trabaje en perfecta concertación, con la mayor transparencia, y que pongan en común todas las informaciones de que disponen”, afirmó.

Los atentados de noviembre de 2015 llevaron a François Hollande a decretar el estado de emergencia, en medio de critícas a la actuación de los servicios de seguridad.

Una de esas críticas concierne la protección de la redacción de Charlie Hebdo, que fue objeto de amenazas antes de la matanza del 7 de enero de 2015.

El ministro del Interior había manifestado su ira tras los atentados por la falta de intercambio de información entre los diferentes servicios de seguridad.

Hollande confirmó el jueves que se está preparando un nuevo proyecto de ley para reforzar la seguridad.

Entre las medidas incluidas en ese texto, el presidente francés citó la flexibilización de las normas que enmarcan los controles de identidad, los registros de personas y vehículos y los allanamientos, así como el arresto domiciliario para los jóvenes radicalizados que regresen de Siria y de Irak.

“Todas esas medidas estarán bajo control del juez, ya que esto es una garantía de la regularidad y la legitimidad de esos actos, que son forzosamente limitados en el tiempo y a la lucha contra el terrorismo”, dijo.

Se trata de reforzar “de manera perenne las herramientas y medios puestos a disposición de las autoridades” fuera del marco temporario del estado de emergencia instaurado tras los atentados del 13 de noviembre, según fuentes de la presidencia francesa.

“El estado de emergencia en una democracia no está destinado a durar”, recalcó el jueves Hollande.

El 7 de enero de 2015, los hermanos Chérif y Said Kouachi mataron a doce personas en la sede de Charlie Hebdo. En los días siguientes, Amédy Coulibaly, ligado a ellos, mató a una policía e hizo una toma de rehenes en un supermercado kósher, en el que mató a cuatro personas. Tres policías figuran entre las 17 víctimas de esos atentados.

Esta semana, el presidente inauguró tres placas conmemorativas en memoria de las víctimas y una cuarta será inaugurada el sábado.

Las conmemoraciones terminarán el domingo con una manifestación organizada en la plaza de la República.