El Arzobispado de Santiago resolvió reintegrar a Manuel Hervia a sus funciones como sacerdote, tras el proceso judicial desarrollado en el Vaticano. El Ministerio Público, por su parte, no logró acreditar las denuncias de abuso sexual y detuvo la investigación en mayo de 2013.

Tras 4 años suspendido de sus funciones en la Iglesia, el presbítero está autorizado “sin ninguna restricción” para volver a ejercer el ministerio sacerdotal. Durante la extensa investigación, Hervia debió incluso vender sopaipillas en un carro para sostenerse económicamente. “No tengo cotizaciones previsionales, porque me suspendieron de todo. De todo me echaron”, señaló a La Segunda tras finalizar la investigación de Fiscalía.

Sobre su reintegración a la Iglesia, el sacerdote Hervia emitió una declaración pública, en la que resaltó que “abusar de un niño, una niña o un joven es un pecado espantoso y un delito grave, especialmente aberrante cuando es cometido por un clérigo al que se le confía el cuidado de personas vulnerables. Por lo mismo, haber sido públicamente acusado de este delito ha sido especialmente doloroso para mí, para mi familia y para personas y comunidades a las que he servido”.

El sacerdote, añadió que el período que duró la investigación “debe haber sido especialmente doloroso para los menores de edad y sus familias que han sido involucradas en estas denuncias. Sufro también con ellos”.

Las denuncias por abuso sexual a 9 niñas se dieron mientras el sacerdote ejercía funciones en el hogar San Francisco de Regis, dependiente de la congregación Purísimo Corazón de María en 2011.

En la época, Hervia señaló en entrevista con The Clinic que la denuncia respondía a una estrategia elaborada por funcionarias que fueron despedidas del hogar, denuncia de la que también se hizo parte el Sename Metropolitano, oficializando una querella contra el sacerdote.

Acusaciones de venganza

Otra de las acusadas en el caso, la religiosa Pablina Celedón, acusó en 2013 ánimos de venganza contra Manuel Hervia, tras haber denunciado la relación homosexual del obispo Francisco Javier Cox, quien hoy se encuentra recluido en un monasterio de Alemania.

Los dichos de Celedón fueron rechazados de forma tajante por el Arzobispo Ricardo Ezzati.

A continuación, lee la declaración completa de Manuel Hervia tras enterarse de su reintegración a la Iglesia: