La expresión está en boca de todos. 2015 en París fue un “año de mierda”, afirman transeúntes y fiesteros, quienes de todas formas se congregaron por miles en los Campos Elíseos para “divertirse como siempre”, sin olvidar los atentados de este año.

El monumento de la plaza de la República guarda la memoria del 2015, convertido en un mausoleo en honor a las víctimas de los atentados de enero y noviembre. Turistas y residentes se toman fotos frente a las velas y flores depositadas a sus pies.

Recogida ante el monumento, Lila Rehane, una marsellesa de 49 años en París desde hace diez días, querría ver “la paz” regresar el próximo año, tras un año 2015 de “angustia”, de una “amenaza que planea”.

Cientos de metros más allá, Walid Abdelhamid, comerciante de 28 años, espera por su parte que “el ambiente mejore”, que “la gente deje de enojarse por temas de religión”.

Matthieu Alexandre | AFP

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Cuando la cuestión religiosa esté solucionada, todo estará solucionado, incluso los problemas económicos“, pronostica Walid, para quien el 2015 fue un “año de mierda”.

Aunque la amenaza de nuevos atentados continúa planeando, miles de personas decidieron dar la bienvenida al 2016 en unos Campos Elíseos de árboles parpadeantes.

“Es Año Nuevo. Hemos querido divertirnos como siempre, a pesar de todo, por eso hemos venido a los Campos [Elíseos] porque es el lugar ideal para hacerlo”, aseguran las veinteañeras Joy y Rebecca.

“Yo no tengo especialmente miedo”, reconoce Joy, fatalista. “Un atentado puede llegar en cualquier sitio y en cualquier momento. Pero eso no va a impedirnos vivir“.

Detrás de ella, turistas anglosajones descorchan una botella de vino, visitantes asiáticos se toman una foto y algunas parejas de más edad se aventuran a bailar.

Florian David | AFP

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“París sigue en pie”

Las celebraciones de Año Nuevo en los Campos Elíseos se mantuvieron finalmente pero en una versión reducida, máxime cuando el riesgo de atentado continúa “muy alto”.

Las autoridades tuvieron también en cuenta el recogimiento en homenaje a las 130 víctimas de los atentados del 13 de noviembre, los más mortíferos de la historia de Francia.

Los fuegos artificiales fueron anulados, el espectáculo visual antes de medianoche duró sólo diez minutos y la circulación de vehículos por la “avenida más bella del mundo” se reabrió antes de lo habitual.

“Después de lo que nuestra ciudad ha vivido, debemos enviar un mensaje al mundo: ‘París sigue en pie, orgulloso de su modo de vida“, advirtió la alcaldesa de París, evocando un “espectáculo sobrio y digno”.

A las 23:50, el Arco del Triunfo se iluminó con los colores de la bandera francesa, con la música de la Marsellesa de fondo y entre aplausos del público, mayoritariamente turistas extranjeros y de otras partes de Francia.

El célebre monumento se llenó a continuación de imágenes de sonrientes rostros anónimos asociados a los monumentos parisinos más famosos. Y, a falta de pólvora, unos fuegos artificiales virtuales cerraron el espectáculo visual.

Todo ello bajo la protección de 1.600 policías y gendarmes desplegados en las inmediaciones de los Campos Elíseos, donde se llevaron a cabo controles selectivos y registros de mochilas.

Es una lástima haber anulado los fuegos artificiales. Es como darle un poco la razón a los terroristas“, estima Océane, de 14 años, cerca de una de las pantallas gigantes dispuestas a lo largo de la avenida para retransmitir el espectáculo.

“No quería quedarme sola en casa con mi hija”, explica su madre, Sandrine. “Entonces hemos venido aquí, con un recuerdo particular para las familias en duelo” tras los atentados.

El 31 de diciembre de 2014, más de 600.000 personas se congregaron en esta céntrica avenida parisina. Este año la afluencia parecía menor y poco después de la medianoche, cuando terminó la proyección de las imágenes, la gente comenzó a marcharse del lugar.

Fue un poco pobre, pero bueno, visto el contexto, se entiende… Ahora toca terminar la fiesta en casa“, confiesa Arthurn, un estudiante.

Florian David | AFP

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