A partir del 31 de diciembre comienza la segunda etapa del llamado impuesto verde, que aumentará en torno al 40% en el 2016 el costo impositivo para vehículos livianos. La idea es descontaminar a largo plazo la ciudad, pero también recaudar dinero para el Fisco, lo que ya ha generado críticas.

Las autoridades salieron a explicar las implicancias del aumento que tendrá el gravamen a vehículos livianos y que busca aumentar el ingreso fiscal.

De esa manera, los vehículos diesel verían aumentado en un 40% el valor del impuesto y los gasolineros entre un 15% y un 10%. El ministro subrogante de Medio Ambiente, Marcelo Mena, hizo un llamado a los consumidores.

98 millones de dólares pretendía recaudar en esta primera etapa el llamado impuesto verde, sin embargo, hasta septiembre se habían conseguido sólo 38 millones de dólares, un tercio de lo presupuestado.

Se pensaba que se venderían unos 370 mil autos -si se consideraba un promedio de ventas entre 2012 y 2013- sin embargo a septiembre sólo se alcanzaba los 191 mil y se espera que se cierre el ciclo con unos 210 mil autos. Realidad evidente y que hace cuestionar la medida, según el secretario general de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), Gustavo Castellano.

Si actualmente un 4×4 diesel pagaba unos 500 mil pesos de impuesto, en 2016 ese valor se incrementará a 700 mil pesos y en 2017 a 900 mil pesos, fecha en la que nuevamente se incrementará este gravamen.

Por su parte, los autos gasolineros aumentarán de 60 a 70 mil pesos aproximadamente y los híbridos de 25 a 26 mil pesos.

El impuesto verde se paga una sola vez, expresado en Unidades Tributarias Mensuales y que de no ser cancelado no permitirá inscribir el vehículo adquirido.