A la Fiscalía Regional de O’Higgins llegó la mañana de este lunes el hijo de la presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, imputado por la compra y venta de hectáreas en la comuna de Machalí, donde efectuó declaraciones hasta cerca de las 13 horas.

Bajo su relato, Sebastián Dávalos, vinculado al caso Caval, aseguró que el ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, aprovechó de la investigación de terrenos de Machalí para desviar la atención del caso SQM.

El hijo de la mandataria fue citado a declarar por tercera vez por los presuntos delitos de tráfico de influencia y cohecho, entre otros.

Según indicó 24 Horas, quienes tuvieron acceso exclusivo a la presentación ante el fiscal, indicó que “la información del negocio Caval fue conservada y utilizada por parte del G90 para bajar el perfil al caso Soquimich”.

En su declaración justificó el borrado de información de su computador por temor, según dijo, a que fuera manipulado por Peñailillo.

Los dardos que apuntaron al otrora secretario de Estado continuaron, donde el hijo de la presidenta confirmó la mala relación entre ambos cuando Dávalos fue nombrado

Además, indicó que “Peñailillo no enfrentaba el tema con suficiente fuerza, por lo que estimo que él dejó que se descontrolara”, sostuvo.

Las declaraciones realizadas por Sebastián Dávalos Bachelet se hicieron ante los fiscales del caso Caval, donde el hijo de la mandataria acusó al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo de haber resistido su llegada a la Dirección Sociocultural de La Moneda.

En ese sentido, agregó que dejó sin efecto la distribución de cargos políticos vinculados a la G90 de personas que no eran idóneas y que -según expresó- fueron nombradas por Peñailillo en distintos servicios.

Además, aseguró que su sector político, el PPD, usó el caso Caval para bajarle el perfil al caso Soquimich, en el que el ex secretario de Estado aparecía involucrado.

Caso SQM

En su declaración, Dávalos agregó que en enero ya se manejaba fuertemente que estallaría el caso SQM donde aparece vinculado Peñailillo, por lo que el colectivo político G90 distraería las repercusiones del bullado episodio que los involucraba.

Finalmente, negó los delitos de tráfico de influencias y fraude, entre otros.