El diputado comunista de Brasil, Fernando Furtado, fue elegido como la persona más racista del mundo en 2015, por la ONG Survival International. El político logró esta “condecoración” tras declarar que los indígenas son “una banda de homosexuales” y que “hay que dejarlos morir de hambre” porque no les gusta trabajar.

Survival, una ONG con sede en Londres que defiende los derechos de los indígenas, anunció que el destinatario del premio es Fernando Furtado, diputado del estado de Maranhão, en el noreste de este país donde viven casi un millón de indígenas.

Las declaraciones de Furtado fueron hechas en julio, durante una reunión con taladores de árboles y hacendados de ganado en São João do Caru, en la frontera del territorio de los indígenas amazónicos awa, sin contacto con el mundo exterior, fueron publicadas por la prensa local: “No saben cultivar el arroz, dejémoslos entonces morir de hambre en la miseria (…). No saben trabajar”.

También los catalogó de “homosexuales”

Numerosos incendios han sido desencadenados por taladores clandestinos en esta región de Maranhao, los últimos en el mes de octubre. Durante un mes, el fuego devastó una de las principales tierras indígenas, amenazando a un grupo de awá, “una de las sociedades más vulnerables del mundo”, subrayó Survival.

La ONG pide que las declaraciones de Furtado sean consideradas como una incitación al odio racial. Existe un fuerte resentimiento hacia los indígenas de la región desde que el Gobierno de Brasil llevó a cabo una operación que apunta a expulsar a los taladores del territorio awá, tras una campaña internacional lanzada por Survival.

Stephen Corry, director de Survival International, señaló que “estas declaraciones odiosas muestran a qué punto el racismo hacia los pueblos indígenas está presente entre las personas más influyentes de la sociedad brasileña”.

Este es el segundo año consecutivo que un brasileño recibe el premio de “racista del año”. El diputado de derecha Luis Carlos Heinze, del sur de Brasil, fue el homenajeado en 2014 tras declarar que “el Gobierno se acuesta con los negros, los indígenas, los gays, las lesbianas, con todos los “losers”. En su cama están protegidos”.

Unos 900.000 indígenas de 305 etnias viven en Brasil, con una población total de 204 millones de habitantes. Sus tierras ocupan 12% del territorio, la mayoría en Amazonia, pero muchas aún deben ser delimitadas y fueron ocupadas por colonos.