La Unión Europea (UE) apelará el fallo de la justicia comunitaria que anuló un acuerdo con Marruecos que extendía las ventajas comerciales a los productos de la disputada región del Sahara Occidental, una decisión judicial con “fuerte connotación política” según Rabat.

“El Consejo decidió apelar la decisión del tribunal e introducir una medida cautelar” para suspender la aplicación del fallo, dijo en conferencia de prensa la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

La decisión, adoptada este lunes por los 28 ministros de Relaciones Exteriores del bloque, era esperada por Rabat, que desde el jueves, día en que se conoció el fallo, expresa su insatisfacción.

“Marruecos y la Unión Europea aspiran a construir una relación fuerte (…) y no pueden aceptar que sea rehén de una peripecia jurídica con fuertes connotaciones desgraciadamente políticas”, dijo por su parte el ministro de Relaciones Exteriores marroquí, Salahedin Mezuar, en rueda de prensa con Mogherini luego de una reunión del Consejo de Asociación UE-Marruecos.

Marruecos “seguirá con vigilancia este procedimiento [de apelación], esperamos de nuestro socio europeo que preserve la seguridad jurídica de los acuerdos“, agregó Mezuar advirtiendo que la decisión del tribunal pone en peligro “los acuerdos que Marruecos y la UE están negociando”.

“Nuestros compromisos internacionales serán respetados”, aseguró Mogherini calificando “el diálogo” durante la reunión con Mezuar y los ministros europeos como “abierto, franco y constructivo”.

El jueves el Tribunal General de la Unión Europea, de primera instancia, decidió anular parte de la aplicación del acuerdo comercial para productos agrícolas sellado entre la UE y Marruecos en 2012, un complemento al Acuerdo de Asociación de 2000.

La justicia dio lugar así a una demanda presentada por el Frente Polisario, a quien reconoció además como “persona moral“.

El tribunal estimó que la UE falló en asegurarse que Marruecos no explotaba los recursos naturales del Sahara Occidental, región de hecho bajo su control, “en detrimento de sus habitantes”, exportando así hacia la UE productos etiquetados como marroquíes.

Marruecos tomó el control de la mayor parte de ese territorio en noviembre de 1975 durante la retirada del colonizador español, desatando una lucha armada por la independencia que se prolongó hasta 1991, cuando bajo patrocinio de Naciones Unidas se proclamó un alto el fuego entre Rabat y el Frente Polisario.

El Frente Polisario, respaldado por Argelia, pide un referéndum de autodeterminación que incluya la opción de la independencia para el Sahara Occidental, territorio administrado de hecho por Marruecos que ofrece un plan de autonomía bajo su soberanía.

La justicia europea criticó a la UE que al firmar el acuerdo no tomara los resguardos necesarios sobre este territorio, que tanto la UE como la ONU no reconocen como marroquí.

Este fallo preocupó a los europeos en momentos en que cuentan con el reino alauí de Mohamed VI en la lucha contra el terrorismo.

Una semana después de los atentados de París del 13 de noviembre, el presidente francés, François Hollande, recibió en el Palacio del Elíseo al rey Mohamed VI, a quien le agradeció la “asistencia eficaz” de Rabat que permitió a la policía francesa dar un asalto en un departamento del norte de París en donde murió Abdelhamid Abaaoud, presunto cerebro de los atentados.

“Marruecos es un socio importante en el plano regional e internacional para asegurar la estabilidad, la seguridad y la prosperidad”, dijo Mogherini.

“La asociación con Marruecos es de una importancia primordial para la UE”, añadió en dirección de Mezuar, con quien ya había hablado el jueves pasado y con quien se reunió el domingo en Roma.