La extrema derecha fracasó en su objetivo de conquistar por primera vez un gobierno regional en Francia, ya que no ganó ninguna región este domingo en la segunda vuelta de los comicios, pese a su resultado histórico en la primera vuelta.

Según estimaciones, la oposición de derecha ganó en siete de las 13 regiones de Francia, entre ellas la Isla de Francia (la región de París), que la izquierda gobernaba desde hacía 17 años.

Por su parte, la izquierda en el poder, que hasta ahora dirigía todas las regiones menos una, limitó las pérdidas que se le auguraban y ganó en cinco. En Córcega, ganó la lista independentista.

Los partidos tradicionales se beneficiaron con una mayor movilización del electorado (casi 9% más de participación que en la primera vuelta) que parece haber respondido al llamado de políticos y de numerosas asociaciones, que exhortaron a “bloquear el camino” al ultraderechista Frente Nacional (FN).

Durante toda la semana de campaña, tanto la izquierda como la derecha se esforzaron en atraer a las urnas al poco más 50% de los electores que se habían abstenido en la primera vuelta. La izquierda retiró incluso a sus listas en las dos regiones en las que el FN estaba mejor situado y llamó a votar por el candidato de la derecha.

El primer ministro, Manuel Valls, saludó ese “muy digno impulso” del electorado, pero afirmó que este resultado no debe dar lugar a “ningún triunfalismo”, porque “el peligro de la extrema derecha no se ha disipado, ni mucho menos”.

Estos resultados son un serio revés para las tres figuras principales del FN: su líder, Marine Le Pen, que perdió en el Norte, al igual que su sobrina, Marion Maréchal-Le Pen y el vicepresidente del partido, Florian Philippot, derrotados respectivamente el sudeste y en el nordeste.

“Nada podrá detenernos”, afirmó Marine Le Pen tras conocerse los resultados, en un discurso en el que criticó con vehemencia los llamados a bloquear al FN, calificándolos de “derivas de un régimen agónico”.

El ex presidente Nicolas Sarkozy, líder del principal partido de la oposición de derecha, Los Republicanos (LR) declaró que estos resultados “no deben hacernos olvidar bajo ningún pretexto las advertencias” de la primera vuelta.