El jefe del principal centro de registro de refugiados de Berlín (Lageso), muy criticado por la acogida de los migrantes, se vio obligado a dimitir el miércoles por la noche.

El alcalde socialdemócrata de la capital alemana, Michael Müller, reclamó el miércoles “una nueva dirección para el Lageso, que asuma realmente sus responsabilidades”, en una entrevista a la radio local RBB.

Las autoridades municipales anunciaron por la noche la dimisión del jefe de la Oficina para la salud y la asistencia social, Franz Allert.

El responsable de la oposición conservadora en Berlín, Stefan Evers, calificó esta renuncia de “ejecución pública”.

Cientos de refugiados hacen cola cada día en medio de un caos absoluto. En el edificio, los funcionarios están desbordados pese a las horas extras, los refuerzos y los intentos de reorganización de la acogida en otro inmueble.

Cada día, 500 migrantes están convocados para las 9:00 de la mañana, pese a que todo el mundo sabe que sólo se pueden tratar 200 expedientes, criticó recientemente una empleada citada por RBB. “Pero nos dicen que son las órdenes y que debemos cumplirlas”.

Frente al Lageso, un pederasta secuestró en octubre a un niño bosnio de cuatro años aprovechando, según parece, el caos reinante. Lo violó y lo mató.

Unos cuarenta abogados presentaron esta semana una demanda contra el dirigente de Lageso y el responsable de la política social municipal por “heridas corporales” en el ejercicio de su profesión.

Los solicitantes de asilo deben pasar por esta administración para registrarse y recibir ayudas sociales, como una vivienda.

Alemania, principal destino de los migrantes que llegan a Europa huyendo sobre todo de la guerra en Siria, acogerá en 2015 a un millón de solicitantes de asilo. En lo que va de año llegaron unos 70.000 a Berlín.