El amor de repente llega cuando menos te lo imaginas, por eso, si pensaste que las redes sociales eran la clave para conocer a tu próximo enamorado (a), posiblemente no te habías dado cuenta que aquella persona que te haría feliz está a solo metros de tu casa.

Imagínate que con esto de los cambios de casa llegó a vivir a tu mismo edificio alguien que te quita el sueño, haciendo que pienses en esa persona más de lo normal. Y si a ello le añadimos que te gusta físicamente, lo consideras inteligente y se nota que es una persona capaz de abordar un abanico de temas de conversación contigo, lo más probable que sucumbas ante los encantos de tu “vecinito”.

Sin embargo, el gran problema de fijar los ojos en la persona que vive cerca de ti surge cuando te haces la siguiente interrogante, ¿qué pasaría si debido a la excitación del momento tengo un desliz con mi vecino y tras ese encuentro lo tengo que ver a diario? Difícil pregunta que trataremos de buscar una solución.

Posiblemente una de las fantasías que reinan en tu mente es entrar a tu edificio, tocar su puerta y que salga esa persona que desencadena todo tipo de pasiones desenfrenadas, y al parecer el nuevo residente es el indicado para tal momento de acción y lujuria.

Y es que tenemos que ser claros y decir que el mejor sexo no se programa por redes sociales ni menos se adelanta por teléfono, sino que aquella pasión que consiste en dejarse llevar por los instintos es lo mejor para subir la temperatura del ambiente. Razón por la que resultan tentadoras las historias (de amor o sexo) con personas que viven cerca, ya que al menor descuido te puedes pasar de un piso al otro y despertar entre sus sábanas.

Sea como sea, resulta excitante cuando alguien te gusta y te genera aquellas sensaciones indescriptibles, en que cualquier diálogo en el ascensor, escalera, piscina o hasta en la lavandería resulta eficaz si lo que deseas es conseguir una sonrisa y pasar un buen momento entre tragos, besos y picoteos con tu vecino.

Interés que queda reflejado cuando los ojos de los dos brillan demasiado, dejando de manifiesto que hay un lenguaje que ambos entienden a la perfección, situación que hace que saques la basura justo cuando viene llegando o que salgas a trotar en el preciso momento en que él hace su rutina de ejercicios. Coincidencia o no, ahí están nuevamente los dos frente a frente.

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Por eso, si ya ves que se generó esa atracción pero te da miedo la incertidumbre del mañana, analiza bien lo que deseas con tu vecino, no vaya a ser que por un capricho termines enganchada más de lo que imaginabas.

Antes que eso ocurra, debes tener en cuenta que sucumbir ante los encantos de aquella persona que ves a diario, no es nada fácil; por eso la revista femenina Ohlalá entregó una serie de etapas que podrías vivir si te atreves con un desliz o amorío con tu vecino.

Histeria e inseguridad

Como sabes que hay alguien cerca que te gusta, te preocuparás de usar algo que llame la atención de él. Motivo por el que antes de salir de tu departamento analizarás detalladamente tu vestuario, maquillaje y hasta el modo de caminar.

Es en esta etapa donde identificas si realmente te interesa para algo serio o sólo deseas un desliz de una noche, en que pasar un buen rato será lo primordial.

Y en este escenario en que los narcisos andan a la orden del día, la seducción es parte de una rutina macro, en que miraditas en el ascensor y sonrisas en la calle pueden ser un tentador anzuelo que no desea ser mordido por ninguno de los dos. Por eso, es necesario que te preguntes, ¿será sólo un juego de egos o realmente me está coqueteando para algo? Tienes dos opciones, que sólo sea un juego de miradas coquetas que no pasará de ahí o que verdaderamente desea algo contigo, lo cual no necesariamente sería una relación formal. Por eso es vital que moderes la situación para no salir lastimada.

Te sientes perseguida por este fantasma

Si ves que hay un interés mutuo y que se van dando las cosas para un futuro encuentro casual, ¿te animarías? Si accedes debes tener claro que si llegan al plano sexual y si por esas cosas de la vida resultó ser un fracaso en la cama, tienes que considerar que lo verás a diario en el pasillo, en el ascensor o en el gimnasio del edificio.

Pero ¿qué pasaría si te encantó sexualmente y después tienes que verlo con otra? A eso le puedes sumar la siguiente interrogante que puede pasar por tu cabeza ¿y si me enamoro y no le gusto? Nada de esto que te pasa es anormal, pues son todas las cosas que podrían suceder si accedes a caer en las redes de tu vecino, ese que hace rato no deja de rondar en tu cabeza.

Por eso, si la puerta del departamento del nuevo residente parece giratoria o ese chico que vive a un par de cuadras que te come con la mirada todos los días camino al trabajo tiene novia, es necesario analizar la situación y entender dónde te estás metiendo, pues lo único que tienes a la mano es la intuición y el sentido común, los cuales resultan ser los mejores aliados a la hora de subirte a este tipo de carros con un sabor que no te apetece del todo.

Cediste y te gustó

Si accediste a una noche de pasión con tu vecino y ello fue exitoso, posiblemente estés pensando en todo lo que te ahorrarás al tener a tu nuevo “compañero con beneficio” a metros de tu casa.

Sin embargo, surge el conflicto de que te podrías sentir observada por él en todo momento e incluso ver que ese espacio de privacidad que tienes se estaría perdiendo al tenerlo tan cerca. Cuestionamientos claros, donde la psicóloga Paulina Valenzuela, Psicóloga Clínico y experta en terapia de pareja sostuvo que “encontrarse con esa persona en tu dinámica diaria es lo complejo de relacionarse sentimentalmente con hombres que ronden tu círculo personal o profesional, ello ya que sientes que tu privacidad se ve afectada y como toda persona, solo deseas sentirte libre por un momento”.

“Por eso, para muchas mujeres y también hombres es mucho mejor relacionarse con personas que pese a haber interés, prefieren tenerlos un poco lejos para así desenvolverse de forma normal y no sentirse acosados las 24 horas del día”, señaló la profesional.

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Tras un par de citas llega el periodo de Readaptación

Es en este preciso momento en que surgen típicas preguntas acerca de ¿cómo lo saludo? ¿qué hago si lo veo con otra? Resulta extraño, pero es normal que te plantees que sucedería en ese tipo de escenario.

Y es en este punto en que aparecen las anécdotas más extrañas, donde un día te besa apasionadamente en el ascensor y al otro día se comporta como un completo extraño. Y ante esa incertidumbre lo más probable que termines cansada de aquellas situaciones un tanto raras que ni siquiera logres entender a cabalidad.

En este plano, la especialista en terapia de pareja afirma que durante este periodo de readaptación uno se comporta de manera más torpe a lo normal. “En esta fase es difícil que alguien mantenga su faceta conquistadora, sobre todo cuando tienes a la persona que te atrae al lado tuyo en todo momento”.

“Del mismo modo, hay que dejar en claro que aquella proximidad acelera intimidades haciendo que las relaciones avancen más rápido de lo normal, ya sea para bien o para mal”, destacó la profesional.

¿Qué pasará a futuro?

Al parecer el cine, la literatura y la música se basan en amores inesperados, donde conocer a alguien en el ascensor o en el pasillo de tu edificio resulta “normal”. Si bien es cierto que algunos de estos romances persisten en el tiempo, crecen y se crean vínculos importantes, hay otros que van directo al fracaso.

Pero de acuerdo a lo que indicó la psicóloga, nunca debes descartar que de un romance pasajero surja algo real o estable, aunque la idea tampoco es que te centres en eso y en caso que ocurra, la tónica es dejar que crezca de manera espontánea.

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Por eso, si eres de esas personas resueltas y ves que tu vecino también tiene sus cosas claras, donde no hay relaciones inconclusas o hábitos que te pueden causar dolor, lo mejor es atreverse.

Según la profesional la idea es no cambiar tus hábitos de vida por algo que no se concretó y que sólo fue un desliz. En caso que hubo algo más allá que sólo una noche y después de un par de meses se dieron cuenta que no eran el uno para el otro, lo mejor es seguir con tu vida habitual, ser cordial y no dar pie para malos entendidos, donde mostrarse madura (o) es lo mejor en estos casos.

“Y si por esas cosas de la vida resultó que tu nuevo vecino es el gran amor de tu vida, lo ideal es que aproveches la oportunidad y disfrutes al máximo de los momentos con él. Del mismo modo, el tema de espacio, privacidad y convivencia se resolverán a medida que avance la relación, por eso, no te atemorices antes de tiempo, sino que la clave está en vivir el instante y recién ahí resolver los posibles conflictos que salgan”, concluyó Paulina Valenzuela.