Varios grupos de la oposición siria se reunirán la semana próxima en la capital saudí, Riad, con la difícil misión de unificar sus posiciones para negociar con el régimen de Bashar al Asad, cuyo futuro sigue generando profundas divisiones.

La reunión de responsables políticos y militares de la oposición es la primera de este tipo desde que comenzó en 2011 un conflicto que ha causado ya más de 250.000 muertos y obligado a millones de personas a abandonar sus casas.

En la reunión, que según varios participantes comenzará el miércoles, se espera a un centenar de representantes de los muchos grupos opositores sirios. Del encuentro están excluidas las organizaciones “terroristas” como el Estado Islámico y el Frente al Nusra, rama siria de Al Qaida.

Las organizaciones kurdas, bien implantadas en el noreste del país, tampoco fueron invitadas a las conversaciones, que podrían durar varios días.

“La misión se anuncia difícil y muy arriesgada: establecer una plataforma común y clara sobre el futuro de Siria, la transición, y la actitud respecto a Bashar al Asad”, explicó a la AFP Samir Nashar, miembro de la Coalición Nacional Siria, principal componente de la oposición.

Nashar teme que “algunos participantes cercanos a los países que apoyan al régimen de Damasco (…) reclamen el mantenimiento de Bashar durante la transición, lo que podría poner en peligro la reunión”.

En una reunión a mitad de noviembre en Viena, los diplomáticos de 17 países fijaron un calendario que incluye un encuentro de aquí al 1 de enero entre representantes de la oposición siria y el régimen.

A partir de ahí se prevé un alto el fuego, la formación de un gobierno de transición en los seis meses siguientes y la organización de elecciones de aquí a un año y medio.

La próxima reunión internacional sobre Siria podría tener lugar en Nueva York el 18 de diciembre.

¿Qué hacer con Asad?

Uno de los mayores escollos está en las divisiones profundas que hay entre los grupos opositores sobre el futuro del presidente Asad en el marco de una transición política.

Los grupos apoyados por Estados Unidos, Arabia Saudita y Catar piden una partida rápida, mientras que Irán y Rusia, aliados de Damasco, se oponen a ello.

Los recientes atentados cometidos por el EI, en particular los de París, han hecho mover las líneas, y varias cancillerías occidentales, empezando por la francesa, ya no exigen una dimisión rápida del presidente sirio.

“Una Siria unida requiere una transición política. Eso no significa que Bashar al Asad tenga que irse antes incluso de la transición, pero se necesitarán garantías para el futuro”, declaró recientemente el canciller francés, Laurent Fabius.

Su homólogo estadounidense, John Kerry, pidió hace poco a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos que convenzan a las facciones rebeldes sirias de que negocien con Damasco, con vistas a establecer un alto el fuego y aislar a los yihadistas, para empezar.

Sin embargo, esas facciones siguen mostrándose intransigentes.

“La oposición insiste en la partida de Asad al comienzo de la transición”, indica Ahmed Ramadan, miembro de la Coalición Nacional.

“Sólo podremos negociar tras acordar el principio y la fecha de la salida de Asad” del poder, añade.

Para los opositores radicados en Siria y tolerados por el régimen, el futuro del mandatario debe decidirlo el pueblo sirio.

“Hay un cierto consenso internacional sobre la idea de que la cuestión la deben zanjar los sirios”, declara Hasan Abdel Azim, director del Comité de Coordinación Nacional para las Fuerzas del Cambio Democrático (CCND), principal organización opositora del interior.

Arabia Saudita, anfitriona de la cita, espera que la oposición siria logre unirse para “terminar con las afirmaciones de los rusos y otros sobre la ausencia de dicha oposición”, cuenta a la AFP el experto saudí Jamal Khashoggi.

“Eso facilitará el proceso para deshacerse de Asad”, según él.