“Es como que estuviéramos en guerra y cayó una bomba en pleno centro de Illapel” señala uno de los comerciantes illapelinos mientras observa como las retroexcavadoras tiran al piso los restos de lo que fue su próspero negocio, que por años fue el sustento de su familia y que le permitía brindar trabajo a otras cinco personas.

Es que el terremoto del pasado 16 de septiembre golpeó con fuerza al centro cívico de la capital provincial de Choapa, dejando numerosas construcciones con imposibilidad de ser habitadas por el riesgo a un derrumbe debido a los serios daños estructurales que dejó el fuerte sismo.

Son casi 300 personas que han visto, literalmente, como su fuente de trabajo se viene abajo y como sus sueños de emprender se transforman en 400 toneladas de escombros.

Han pasado dos meses y ante el evidente peligro que generaban estas edificaciones -algunas apenas lograban mantenerse y otras el daño estructural si bien no estaba a simple vista eran imposibles de reparar- el municipio illapelino decretó la demolición de estos centenarios edificios.

Según los informes municipales sólo en calle Constitución se demolieron 6 propiedades, que completaron una cuadra. Sin embargo, en la comuna son más de 500 los comerciantes los que sufrieron desde daños leves a graves, de los cuales 75 poseen daño total y no han podido trabajar desde hace más de dos meses.

El alcalde de Illapel, Denis Cortés, señala que el municipio trabaja con cuatro equipos en el sector urbano y rural para demoler las viviendas más afectadas.

“Es impresionante como se va derribando el barrio comercial donde se van cientos de años de historia”, sostuvo el jefe comunal, quien además agregó que “nos queda mucho por hacer. Debemos levantarnos y construir ciudad para los próximos años”.

Se informó que la casa edilicia está realizando demoliciones con fondos propios, de la Subdere y junto al aporte de privados, principalmente para propiedades comerciales, pues la responsabilidad de demoler recae en el dueño. Sin embargo, dada la magnitud del terremoto, el alcalde gestionó recursos con diferentes organismos.

Muchos de los comerciantes del centro illapelino no cuentan con los recursos para volver a levantarse, por lo que se ha generado todo un drama en miles de familias que han perdido estos puestos de trabajo.

Al respecto, Gerardo López, presidente de la Cámara de Comercio de Illapel, sostiene que la destrucción fue bastante grande y que la realidad era diferente a la que se informó en un principio.

“Hoy vemos la realidad, que está el centro prácticamente destruido y varios locales no van a poder funcionar como corresponde y el tema de la reconstrucción va costar bastante. Otro tema muy importante es lo laboral, mucha gente quedó sin trabajo y eso es preocupante”, afirmó.

López dice que se está trabajando junto a la Oficina de Fomento Productivo del municipio para generar y gestionar algunos recursos que sirvan para absorber la mano de obra que está quedando sin trabajo. Además, agregó que es de vital importancia que las autoridades entreguen un apoyo económico a los comerciantes y empresarios para resurgir.

El presidente de la Cámara de Comercio illapelina afirma que la comuna se verá afectada drásicamente en su economía durante los próximos meses.

“A la pérdida de estas plazas de empleo, los cierres de estos locales, la baja en el cobre que afecta a los productores de la comuna y el alza del dólar nos va dejar por el suelo”, enfatizó.

López critica que la ayuda por el terremoto de magnitud 8,4 ha demorado y ha sido poca.

Levantarse a la brevedad

Para Rodrigo Dabed, quien a través de su empresa constructora tuvo que encabezar la demolición del edificio que perteneció por décadas a su familia, sostiene que es un golpe a la historia de Illapel.

Destaca que la construcción ubicada en Constitución y Esmeralda es un lugar especial donde sus abuelos y padres pasaron grandes momentos. “Es doloroso, mi madre pasó su infancia en este lugar, pero rápidamente vamos a construir locales comerciales y unos departamentos, un edificio de dos pisos, por lo que estamos trabajando en el proyecto que esperamos tener en pie en 5 meses”.

Dabed sostiene que espera que los demás empresarios afectados puedan construir en el menor tiempo posible y tirar a Illapel hacia arriba.

Reconoce que si bien el daño en la ciudad fue muy grande, esto debe tomarse como una oportunidad para la comuna y resurgir desde los escombros.

Fue un desastre lamentable para Illapel, pero es una oportunidad que tenemos que aprovechar. Miramos las demoliciones con penas y nostalgia, pero es hora de mirar el futuro y buscar el desarrollo del lugar, claro que necesitamos apoyo del Estado como préstamos blandos para reconstruir o si no nos vamos a convertir en la ciudad de los sitios eriazos. Además, que los empresarios nos pongamos la manos en el corazón y saquemos las lucas y nos pongamos a trabajar como corresponde y tirar para arriba Illapel”.

Pedro Flores, dueño de uno de los locales derrumbados en Constitución y San Martín que había sido construido en 1840, manifiesta que la propiedad desde el sismo del 2010 quedó con daños y con el nuevo terremoto la estructura no aguantó, por lo que por orden del municipio se tuvo que demoler, dejando varios metros cuadrados eriazos y dos cuadras de comercio en el suelo.

“Lamentable pero había que hacerlo, eran construcciones de 1840 y había aguantado todos estos años los diferentes sismos e incluso por afuera se veía bien, pero el daño era en su interior. Ahora tenemos que ver qué hacemos con este lugar, nos vamos a tomar el 2016 es una inversión muy grande”.

La comunidad espera que esta situación sirva para hacer resurgir el sector comercial y que el centro de la comuna no se transforme en una ciudad fantasma llena de sitios eriazos.