Todos hemos leído (y oído) un millón de veces sobre la importancia de proporcionar a nuestro cuerpo con los nutrientes adecuados, con el fin de poder completar nuestras tareas diarias, actividades físicas, la formación y el ejercicio. A pesar del conocimiento, aún podemos ver a gente saltándose comidas por razones de dietas o de falta de tiempo. Estas prácticas tienen consecuencias muy malas para la salud y no resultan siempre en pérdida de peso.

Según explica el nutricionista y entrenador personal de Nutratech, Italo Grottini, cuando se salta una comida, “tu cuerpo entra en ‘modo ayuno’, durante ese ayuno los hidratos de carbono, proteínas y grasas son utilizados para producir energía. Los carbohidratos son la principal fuente de combustible para el cuerpo, seguido por la proteína y luego la grasa. Si esta fase de ayuno continúa, pasa lo siguiente: los depósitos de almacenamiento de glucógeno muscular y el hígado se agotan”.

El especialista señala que a medida que los niveles de glucosa bajan, el cuerpo busca otras fuentes de combustible, dado que el cerebro y los nervios prefieren energía de la glucosa, los tejidos de proteínas (musculo) se descomponen, lo cuál es pésimo si nuestro objetivo es construirlo.

“El esfuerzo por preservar la proteína restante, el cuerpo comienza a metabolizar la grasa para obtener energía en forma de cuerpos cetónicos (ácido acetoacético). Otro tema es la disminución de la hormona tiroidea T3, cuánto mayor es el periodo entre comidas mayor es la reducción de INT3. También tienen un efecto negativo en los niveles de insulina, aumentando sus niveles, lo que lleva a una irreversible acumulación de grasa”, agrega.

El proceso de utilización de cuerpos cetónicos como combustible se denomina cetosos, este proceso puede causar los siguientes efectos negativos en el cuerpo:

• Naúseas

• Fatiga

• Estreñimiento

• Disminución de la presión arterial

• Mayores riesgos de enfermedades renales (ácido úrico)

• Mal Aliento

• Daño fetal en mujeres embarazadas

“A medida que el cuerpo debe utilizar cuerpos cetónicos, comienza a disminuir la producción de energía para proteger la grasa y el tejido magro, (es decir, baja el metabolismo); además como los tejidos magros comienzan a contraerse, se vuelven débiles y realizan menos trabajo metabólico, reduciendo aún más el gasto de energía en nuestro cuerpo. Como si no fuera poco, las hormonas también ralentizan el metabolismo para conservar el tejido corporal magro, esto se conoce como “modo de hambre”, se cree que este mecanismo es la evolución de la defensa contra el hambre, el cuerpo utiliza las calorías de mantera eficiente con el fin de proteger sus reservas de grasas utilizando el tejido magro y el músculo en su lugar”.

Una tasa metabólica baja, es el resultado directo de la pérdida de músculo, en consecuencia, se necesitan menos calorías y la pérdida de peso se hace mucho más lenta.

Problemas de Salud

“Hay una cosa que es simple: si te saltas las comidas, junto con la restricción de calorías tendrás antojos, y cuando caes ante esas tentaciones se produce un alza de azúcar en la sangre, ¿sus consecuencias? Tu cuerpo crea una elevada cantidad de triglicéridos, que a su vez, se convierten en acumulación de grasa, a su vez el glucógeno pobre provoca bajos niveles de energía porque el azúcar en la sangre no está siendo reemplazada. El resultado de esto es que el peso que se pierde es principalmente agua y músculo”, explica el nutricionista y entrenador personal de Nutratech (www.nutratech) Italo Grottini.

El metabolismo lento también causará una desaceleración para digerir su comida, lo que también resulta en aumento de peso. Saltarse comidas no tiene ningún impacto positivo en la pérdida de peso, puedes perder al principio, pero seguirás con agua y músculo, lo que seguramente te llevará a recuperarlo.

Efectos de saltarse las comidas

• Disminución del gasto energético

• Disminución de la tasa metabólica

• Aumento de peso

• Aumento de la preferencia de grasa en la dieta

• Disminución de la fuerza

• Aumento de la tasa de lesiones

• Disminución de la masa ósea

• Disminución de la temperatura corporal

• Disminución del rendimiento

• Disminución de la resistencia a enfermedades

• Disminución de los niveles de testosterona

• Cambios de humor

• Disfunciones menstruales

Alternativas a la mano

¿Son importantes las comidas frecuentes? Sí, lo son. Pero requiere de un esfuerzo adicional de tu parte. Las investigaciones han demostrado que las personas que comen cinco a seis comidas al día son capaces de perder más grasa y bajar más de peso que las personas que sólo consumen tres comidas diarias.

Las comidas frecuentes contrarrestan los efectos negativos del azúcar en la sangre, para realizar la tarea de comer con frecuencia, te aconsejamos preparar varias comidas por adelantado, almacenarlas en recipientes refrigerables y microondeables, para tener siempre en el trabajo o viajes.

“Otra alternativa es complementar tus comidas con polvos de reemplazo de comidas, así puedes cómodamente reemplazar una comida y no perderla, de hecho, los programas de pérdida de peso que incluyen suplementos de comidas son más exitosos que los que no lo incluyen. Sobre las barras que también están ampliamente disponibles en el mercado, lo más importante es revisar el contenido nutricional de la que desees consumir, ya que algunas de ellas contienen azúcar; hay que buscar la que tenga cantidades adecuadas de proteínas, carbohidratos moderados y bajos niveles de azúcar”, sentencia Grottini.