Consolidar una relación hoy en día es casi un desafío, razón por la cual un gran número de personas disfruta estar con alguien fiel que le entregue esa confianza que se ha perdido últimamente.

En este ámbito en que los sentimientos juegan un rol fundamental y los engaños están a la orden del día, un reciente estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Missouri-Columbia, Estados Unidos, ha concluido que las personas que se dejan llevar por su intuición o el instinto son más fieles que aquellos que dejan de lado aquella habilidad.

Plano en que Sarah Ward, líder del estudio, explicó que “algunas personas confían en sus instintos cuando se toman decisiones, mientras que otras son menos dependientes de ellos y no prestan mucha atención a destripar los sentimientos. Por eso, con un grupo de expertos estábamos interesados en este tema y averiguar cómo las diferencias individuales en la intuición afectan los compromisos de pareja”.

Para llegar a aquella conclusión un tanto polémica, Ward realizó dos experimentos con más de 100 participantes de los cuales más de un 50% de ellos eran mujeres.

Tras someterse a un cuestionario acerca de su tendencia a confiar en la intuición, los voluntarios tuvieron que imaginar que habían actuado con poca moral en su entorno de trabajo, culpando de un error suyo a otro compañero.

El mismo experimento se repitió posteriormente con el grupo de control, pero en esta segunda instancia se modificó la conclusión: tenían que imaginarse que habían asumido su falta.

Instagram - #intuicion

Instagram - #intuicion

Según explica la experta, al hacer un acto inmoral las personas se sienten sucias y tienden a pagar más por algo para sentirse mejor y acabar con tales culpas .“Si te sientes mal por una transgresión moral, es posible que tengas ganas de quitarte ese peso de encima y de limpiar todo tu cuerpo para olvidarte de dicho episodio; nuestro estudio encontró que los participantes que eran más dependientes de la intuición estaban dispuestos a pagar más por el jabón de manos después de una supuesta transgresión moral”, aclara Ward.

En el otro experimento que se llevó a cabo, se le pidió al grupo que escribiera en una hoja acerca de un episodio de su vida en el que actuaron de forma inmoral, para luego realizar un test de inteligencia imposible de resolver.

Dicha prueba que constaba de 10 preguntas contemplaba algo particular, y es que cada participante recibió un documento con las preguntas y otro con las respuestas, hoja que fue colocada bajo sus respectivos escritorios; posteriormente se les dijo que quien resolviera el test correctamente recibiría un billete de lotería, incentivo que arrojó que un 23% de los participantes hicieran trampa en el examen.

De esta forma, dicho análisis dejo de manifiesto que aquellos individuos que tienden a confiar en sus instintos son menos propensas a ser infieles tras reflexionar sobre un momento en el que se comportaron de manera inmoral, y por aquella razón no desean volver a actuar de tal forma.

Según la experta, tras el experimento se llegó a la conclusión que tal conducta radica en que las personas tratan de compensar el mal comportamiento del pasado actuando moralmente en el presente, y que esta tendencia a tratar de pagar las acciones pasadas puede ser especialmente pronunciada entre quienes confían en la intuición.