El cambio en las facciones del actor Reid Edwing (27), quien desde adolescente ha aparecido en producciones en el cine y la televisión, no se debe únicamente al crecimiento, sino que a las numerosas cirugías plásticas a las que se ha sometido.

En una columna publicada en el diario electrónico The Huffington Post, la estrella que interpreta a Dylan en Modern Family, reveló que desde 2009 se ha operado varias veces, como resultado de una obsesión patológica con su apariencia, conocida como dismorfia corporal o trastorno dismórfico.

“El trastorno dismórfico corporal es una enfermedad mental en la que una persona se obsesiona con la forma en que él o ella se ve. En mi caso, mi aspecto era lo único que me importaba. Me acababa de mudar a Los Ángeles para convertirme en actor y tenía muy pocos amigos. Me sentaba solo en mi departamento y tomaba fotos de mí mismo desde todos los ángulos, analizando cada característica”, expresó.

Luego reveló que “en 2008, cuando tenía 19 años, hice mi primera cita con un cirujano plástico. Pensaba que así pronto me parecería a Brad Pitt”.

El actor contó que su primera intervención fue un implante de mejillas, que lo dejó bastante adolorido. “Me desperté gritando de dolor, me caían las lágrimas por la cara. No podía hacer otra cosa que gritar mientras el doctor y su equipo trataban de contenerme entre risas”, explicó.

Luego de dos semanas usando una mascarilla facial, el actor vio los resultados y no era lo que esperaba. “Después de todo, la hinchazón bajó y los resultados eran terribles. La mitad inferior de las mejillas eran tan hueca que parecía un cadáver, lo contrario a lo que esperaba”, explicó. Y es que los implantes de mejilla, en realidad eran de pómulos.

Aunque volvió a pedirle al cirujano que lo operara éste se negó y le dijo que le tomaría un tiempo acostumbrarse al cambio. “No podía dejar que nadie me viera así y me aislé por completo. Cuando salía a la calle la gente me miraba y hasta mis padres cuando me vieron pensaban que estaba enfermo”, indicó.

Fue así como buscó ayuda de otro médico, aún menos cualificado que el anterior, quien le sugirió ponerse un implante de mentón. “Pasaron unos días cuando me di cuenta de que podía mover el implante de un lado al otro de la cara. El cirujano reconoció que había cometido un error y me operó de nuevo”, explicó.

Y así fue sometiéndose a una intervención tras otra, además de inyectarse sustancias en la cara, hasta que en 2012 se dio cuenta que tenía un problema psicológico y comenzó a tratar su trastorno dismórfico corporal.

Antes y después de Reid

Antes y después de Reid

“Cada intervención causaba un nuevo problema, y tenía que arreglarlo con otra vuelta al quirófano. Me prometí que no volvería a utilizar cirugía, y después de ello pasé seis meses hasta que me acostumbré a la mirada de la gente”, afirmó.

Edwing confesó que gastó mucho dinero en operaciones y que incluso tuvo que pedirle a sus padres porque se quedó sin nada.

“El nuevo modelo de negocio para los cirujanos cosméticos es cobrar menos y conseguir que más gente entre y salga. He utilizado el dinero que ahorré por actuar y luego pedí prestado a mis padres y abuela cuando estaba desesperado”, confesó.

“Antes de cambiar tu cara, fíjate si lo que debe transformarse es tu mente”, dijo el actor, asegurando que le gustaría volver atrás y deshacer todas las cirugías. “Ahora soy consciente de que estaba bien y no necesitaba operarme”, comentó.

“La cirugía plástica no es siempre una mala cosa. A menudo ayuda a las personas que realmente lo necesitan para los casos graves, pero es una manía horrible, y que te come hasta que has perdido toda la autoestima y la alegría”, puntualizó.