El presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo egipcio Abdel Fatah al Sisi decidieron una “estrecha coordinación” de los servicios secretos de sus países al día siguiente de que Rusia confirmara que la caída del avión ruso en el Sinaí el 31 de octubre pasado se debía a un atentado.

“En el contexto de los esfuerzos de búsqueda de los criminales implicados en el acto terrorista del avión de línea rusa”, los dos presidentes “decidieron una estrecha coordinación entre sus servicios secretos”, anunció el Kremlin en un comunicado.

Egipto por su parte continúa diciendo que no puede sacar ninguna conclusión definitiva antes del fin de la investigación de la caída del avión ruso en el que murieron 224 personas.